Todo estaba listo para el gran día. Alrededor de cincuenta niños y niñas de ocho a doce años llenaban ayer los pasillos de un hotel valenciano. De más de mil solicitudes, ellos habían sido los pre-seleccionados para asistir a la prueba presencial de «emplatado». Nervios, tuppers y neveritas era lo que llenaba las «maletas» de la jornada de casting para la quinta edición de Masterchef junior en València.

Cuatro filas de mesas acogían a los aspirantes que, junto a sus acompañantes, entraron en la gran habitación donde serían evaluados. «Hemos reunido aquí a los mejores de más de mil solicitudes», explicaba ayer a todos ellos Esther González, directora del casting. «Lo importante es que habéis ganado ya», indicó.

Las familias, nerviosas, sonreían a sus niños y niñas, quienes no escondían su entusiasmo. Cada aspirante trajo preparado su menú. El objetivo, «emplatarlo», «ponerlo bonito» y a punto para dejar a los culinarios boquiabiertos. La prueba, de 20 minutos terminó al grito de, «¡Manos arriba!», para indicar que el tiempo había terminado.

Laura y Aitana son dos hermanas de Alcoi. «Es una experiencia súper chula, conoces a un montón de amigos y viajas un montón», explican. Uno de sus platos estrellas fue el solomillo de cerdo ibérico con salsa de setas y puré de patatas al pimentón. Su compañero Daniel, de 9 años viene de Atzeneta d´Albaida y apostó ayer por una ensalada de marisco.

Lucas, valenciano de 10 años, espera entrar en el programa para conocer a mucha gente y hacer lo que le gusta: «Me encanta cocinar y entrar Masterchef sería una experiencia que nunca olvidaría». Para conseguir su objetivo, ayer preparó un redondo de angus con queso por dentro, espinacas y todo ello envuelto de panceta.

Después de cuatro ediciones, Masterchef junior, sigue buscando, tal como cuenta González, «lo fundamental», que son «las ganas de cocinar y la pasión». La directora del casting explica que no es tan importante el conocimiento que uno ya tenga, sino el ir adquiriéndolo con la práctica. «Los niños que mas interés tienen son los que nosotros queremos encontrar». Por otra parte, también destaca que en los castings de la Comunitat Valenciana es donde más arroz se incorpora en los platos. «Aquí, los culinarios que hacen las catas comen más arroz que en toda España».

Además, la directora cuenta que las anguilas también son típicas de esta zona. Sin embargo, aunque la prueba se realizara en el «cap i casal», los aspirantes que ayer se enfrentaron a la prueba venían también, de otras comunidades. Juan Antonio tiene diez años y viene de Murcia.

Con su gorro de chef naranja y su delantal a juego explica que ya participó en el campamento del programa televisivo y ahora se ha animado a venir a los castings. «Yo no creo que llegue al programa porque hay mucha gente que cocina mejor que yo pero bueno, hay que pensar en positivo, como siempre, y ponerle muchas ganas, también como siempre».

Para Esther González ya han ganado. «Estar aquí ya es ganar. Aunque no vayan al programa, hay que preparar a todos los niños y niños para entender que si compites y no ganas, no pasa nada, porque intentarlo es una manera de haber ganado y de haberse puesto a prueba a sí mismos», apuntó. Tras el «emplatado» y la cata de los culinarios, solo unos pocos llegaron a la sesión de la tarde. En la segunda fase del casting, los elegidos se enfrentaron a una prueba de elaboración, en la que cocinaron el plato que les indicó el jurado. Después, las cucharas de madera determinaron qué pequeños chefs se acercan un poco más a vivir la experiencia en el programa de televisión.