Necesitamos un VAR para el humor. La vida moderna es David Broncano abriéndole un perfil en Grindr a Federico García Lorca. Ocurrió esta semana en «La resistencia» (Movistar+). Broncano «entrevichtaba» a Ian Gibson al hilo de su reciente libro sobre Antonio Machado, y como el célebre hispanista es conocido por su fervor lorquiano, el cómico le había preparado una sorpresa final con forma de un perfil en Grindr, la red «chochial» líder en contactos «homochechuales», abierto con el nombre de Federico García Lorca. El perfil incluía fotos con montajes de la cara del poeta sobre asistentes al Mad Cool e indicaciones sobre su rol «activo» o su condición de seronegativo. De hecho, algunos miembros de esta red social habían entablado conversaciones con Federico. «Quiero ver aquí los hombres de voz dura, los que doman caballos y dominan los ríos», y le contestan «Dios, estás trastornado». «Si voy, ¿llenarás mi boca de sol y pedernales?», «¿Acaso lo dudas?», contesta su contacto, y Federico García Broncano apostilla «pero nada de 'chemsex', que la última vez amanecí en una cuneta». «Buenos y bellos días. No quiero importunarte, pero ¿me comerías lo que viene siendo la polla?».

No importa que hayan pasado ochenta y tres años desde su muerte. No importa que todos sepamos que Federico se hubiera revolcado por el suelo de risa con la broma. Las redes ya se han puesto «tó» locas discutiendo si la patada de Broncano ha tenido lugar un centímetro dentro o fuera del área. «'Ech' humor homófobo hecho por 'heterochechuales'», «el humor de Broncano 'ech bachto pero chutil', cualquier 'perchona' inteligente lo 'dichfruta'». Es por lo que digo que hace falta un VAR para casos como éste. Los límites del humor son el gran arcano de la vida moderna, y sólo colegiados especializados pueden resolver si abrir un falso perfil de Grindr a Federico García Lorca es punible o no. Sólo falta decidir qué equipo arbitral lo formaría y revisaría las imágenes. Yo propongo a Ignatius Farray, a Edu Galán y a Raúl Cimas.