Qué condena cada vez que escucho a alguien decir aquella afirmación nacida del desconocimiento más profundo, la que asegura que el hecho de ser inmigrante conlleva la rápida consecución de servicios sociales o sanitarios en nuestro sistema. La escena tristemente frecuente, viene acompañada de rabia, la que siento ante tal torpeza dialéctica, y la que emana de la persona que lo afirma y que normalmente destaca la condición de «moro» cuando imagino se refiere a musulmán€ A ver quién les explica que la raza o religión no puntúan y sí la necesidad.

La ignorancia es un verdadero cáncer en esta sociedad, aupada por algunos mensajes radicales de quien pretende gobernar, lo estamos viviendo. La desinformación sólo se puede combatir con información y la tele, además de cobijar el espectáculo de la desgracia ajena, también analiza, refleja realidades y despierta conciencias. A todos aquellos que piensan con odio irracional les recomiendo un descubrimiento reciente, encontrado entre los cientos de títulos que contiene HBO España. «Clínica de migrantes» es la conmovedora historia de una clínica del sur de Filadelfia, dirigida por profesionales voluntarios que tratan en su tiempo libre a tantos inmigrantes indocumentados, que sufren ser pacientes en un país en el que vivir sin seguro significa estar condenado.

Observo en el documento audiovisual la dura situación de quien acaba de llegar y no sabe dónde acudir ante la desgracia y pienso «cuánta gente de aquí llegó allá empujados por la necesidad recientemente y antaño». No olvidemos jamás la gratitud del calor de la acogida en tiempos de crisis. «Clínica de migrantes» lo recuerda en 40 minutos, y de paso golpea esas mentes atrapadas en el falso confort de la ignorancia.