La televisión pública coge aire esta semana gracias a la buena acogida de la nueva serie de los lunes y la vuelta de su joyita culinaria, «MasterChef 7». Al nutritivo «talent» le funcionó el arrastre de los cinco millones de espectadores del partido entre Malta y España. Tanto miedo daba el regreso de Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera que en Mediaset volvieron a cambiar de día «Bake Off», su «alter ego» pastelero, confirmando el nulo respeto que sienten por Cuatro, que parece en liquidación por cierre.

La 1 ha promocionado con profusión su programa más competitivo, con el añadido interés por las novedades y el morbo por la ausencia de Eva González. Como era previsible, el formato no se resiente sin una figura que pintaba poco aunque Jordi Cruz tiene que practicar más como sustituto de la sevillana al poner el off de las presentaciones de los concursantes. Ahí se echó de menos la soltura de la ex Miss España, con un papel similar en «La Voz», del que se han inspirado los de Shine Iberia para modificar la dinámica del concurso entre cacerolas. Como en la fase inicial del «talent» musical, los aspirantes a cocineros son elegidos o rechazados por los tres jueces y los afortunados han de decidir con quién se quedan. La manera en la que les dan su veredicto -«tienes mi sí», «te doy un no»- recuerda a «Got Talent». En la tele, a veces la originalidad no es un valor apreciado.

Todo funcionó y consiguieron pasar el inalcanzable veinte por ciento de cuota de pantalla superando los dos millones de espectadores, pero con trampas. Ese dato es la media del share conseguido en el prime time y en el late night donde la competencia se derrite. Terminó a las 01.50 de la madrugada, una hora inadmisible para un espacio entre semana, grabado y sin publicidad. Con los cambios y el retraso por el fútbol podían haber empaquetado una primera entrega con la elección de los 15 concursantes y dejar las primeras pruebas y el expulsado para un segundo episodio.

De hecho, el 21 por ciento, el mejor porcentaje en las siete ediciones, difumina su segundo peor puesto en cuento a número de espectadores. Este jueguecito que otras veces hemos lamentado requiere inundar al defensor del espectador con quejas para dar un empujoncito a Fernando López Puig, el nuevo director de Contenidos, que afirmaba ayer en una entrevista que están debatiendo -por fin- eliminar «esa especie de contenido telonero» que no funciona en La 1 y así avanzar en el «este programa acaba antes de las 00.00».