En «El Intermedio» están de celebración con sus 13 años cumplidos y 2.000 emisiones, una edad televisiva madura y muy bien llevada. El único programa de «La Sexta» que lleva en antena desde el primer día, celebraba ayer su aniversario con un programa especial después de un mes de marzo que le ha sentado genial, consiguiendo récords de audiencia con los candidatos a la presidencia del Gobierno y allegados dejándose ver en el inicio de la precampaña electoral. Acostumbrados a superar la barrera del diez por ciento de cuota de pantalla, lo que supone en su franja horaria unos dos millones de espectadores, es el programa más visto de la cadena verde.

El formato ha ido cambiando a lo largo de estos años, como todos, desde sus primeros meses como semanal grabado y su 2,5 por ciento de cuota. En una temporada la duplicó y se mantuvo en torno al seis por ciento hasta 2012/2013 cuando dio un salto espectacular rozando el diez del que ya no ha bajado, con Sandra Sabatés, Thais Villas, Gonzo y Dani Mateo junto al Gran Wyoming. Su mejor temporada hasta el momento fue 2014/2015, en la que alcanzó el 12,8% y cerca de dos millones y medio de seguidores de media diaria.

No tiene secretos: son un nutrido equipo de guionistas trabajando desde primera hora de la mañana. El humor es el ingrediente imprescindible que cohesiona un programa que lleva inoculado un discurso crítico con nuestros líderes y sus políticas. Cuando el tema lo merece, se incorporan entrevistas con expertos, activistas sociales o protagonistas de realidades obviadas o menospreciadas en los informativos, tan preocupados por el share como todos los demás, y por tanto, escorados a la política espectáculo, los sucesos y las trivialidades. En contados espacios han tratado con tanta seriedad como en «El Intermedio» temas como el de la pobreza energética, los refugiados o la memoria histórica.

La mezcla de información y entretenimiento no tiene buena prensa, y aunque todos los medios la practican, es en la televisión donde ha alcanzado su máxima expresión. Desde la perspectiva apocalíptica, el infoshow solo nos hipnotiza y adormece mermando la calidad democrática. Sin embargo, no todos los formatos son iguales. La info-sátira centrada en la actualidad política como «El Intermedio» atrae a públicos que desdeñan los noticiarios convencionales, ¿se atreverían a calificarles de desinformados?