Deben tener la sangre muy alterada Mediaset y Atresmedia en este último tramo de la primavera. Enzarzados están en tirarse las cifras de audiencia a la cabeza en las promos de agradecimiento a sus seguidores de estos días, un comportamiento francamente inusual. Lo normal es que cada uno ensalce sus buenos resultados aquí y allá, mareando al espectador que no entiende muy bien cómo «¡Boom!» puede ser el programa más visto de la tarde y también lo sea «Pasapalabra», y «Sálvame».

La cortesía profesional se ha esfumado y Telecinco presume de sacarle casi cuatro puntazos a Antena 3 en la cuota de pantalla media de mayo. Todo gracias a «Supervivientes», que también ayuda a vencer en cuanto a números por grupos. Los de San Sebastián de los Reyes han tenido que recurrir a sumar solo los datos de Antena 3 y La Sexta para ganar a Telecinco más Cuatro, por un par de décimas, y destacar la diferencia de dos puntos entre la cadena más informativa y la que se veía abocada a los abismos, superada por canales de TDT, pero que ha solventado el mes, también por obra y gracia del reality caribeño. Emitir «Tierra de Nadie» en Cuatro metiendo en la arena a Carlos Sobera, el rostro más identificable de la cadena por «First Dates», ha funcionado muy bien demostrando que las miserias de los peculiares robinsones traspasan los botones del mando a distancia ¡Qué será cuando se queden sin su killer content!

Las cosas como son, ha contestado Mediaset al ritmo del «Arrasando» de Thalía en un vídeo, replicando casi punto por punto al de Atresmedia, incluso alardeando de liderato en los informativos, en los que sumadas todas las ediciones, también gana por poco.

Más discretos respecto a la audiencia está siendo À Punt en la celebración de su primer aniversario. Como empezaron a someterse a las mediciones en octubre, no tenemos el share de estos 12 meses y en lo que llevamos de 2019 alcanza por los pelos el 1,9 por ciento que se marcó en el contrato-programa. Sin entrar en al análisis de la programación, con sus aciertos y errores, la televisión autonómica sufre un mal difícil de combatir que le impide conectar con muchos valencianos. Unos por simple desinterés o con el recuerdo de Canal 9 en mente; otros, desapegados a conciencia por motivos ideológicos, utilizada la Corporació como arma electoral. Esta mirada política permanente es veneno para los audímetros.