Hay que hacer más el amor, da felicidad y te mantiene joven». La frase no es de un manual de autoayuda, sino de una entrevista a Mónica Naranjo, soltera tras 16 años de matrimonio y dispuesta a mostrarse sin tapujos en la tele, en un proyecto personal grabado hace meses que Mediaset ha colado en el 'late night' de Cuatro los viernes por la noche, una buena franja entrando ya en el fin de semana con posibilidades.

La primera entrega de «Mónica y el sexo» nos cuenta cómo la cantante conoció a Ana Joven, de la productora Señor Mono, y se interesó por las web series que hacían. Le gustaron y les ofreció crear un programa, que tomó cuerpo definitivo cuando tanto ellas dos como el tercero en discordia, Miguel Bosch, cámara con presencia y voz en off, rompieron con sus parejas.

Sorprende una Mónica que abandona el personaje de diva al que nos tenía acostumbrados. Con trenzas, vaqueros, sin máscara ni sombra de ojos, se ríe a carcajadas al ponerse cachonda siguiendo las sabias directrices de una sexóloga, se abre un perfil en una plataforma para encontrar pareja, prueba lubricantes y practica con juguetes en una reunión de 'tuppersex' que la anima a dejar de estar «Muerta de cintura para abajo», título de este primer episodio.

Aunque es un 'personality', no faltan los invitados conocidos. La catalana recibe en su casa a la actriz Ana Milán, a la que Paula Prendes casi hizo llorar este miércoles en «MasterChef». Son amigas desde hace veinte años y charlan sobre las relaciones, el amor y la pasión. Jugando a las brujerías escriben en papelitos lo que más odian, las mentiras, las excusas, la traición... Y después los queman. También se encuentran con Gloria Lomana, muy crítica con esa educación antigua que inhibía a las mujeres, a las que no les podía gustar el sexo porque las convertía en golfas a los ojos hasta de sus maridos. Por su parte, Mónica no idolatra un pene grande porque tiene el «chumino» pequeño y ama las aspiradoras porque no soporta el suelo sucio. La próxima semana, viaja a Tokio para acercarse a la «retorcida» manera japonesa de ver la sexualidad.

El 'docureality' funciona porque resulta natural y te crees que haya servido de catarsis a la «mujer de más de 40» que se encontró con el vacío tras una dolorosa ruptura. Sirve como remedio para dormir bien, al menos una noche. Se lo recomiendo a Pedro Sánchez.