Los fans de «Juego de Tronos» se relamen pensando en seguir disfrutando de las historias de Poniente próximamente. Un éxito de tal calibre no podía acabar un día y ya está, de mala manera, por otra parte. Desde antes del final de la serie se hablaba de posibles secuelas, precuelas, un spin off con las aventuras de Arya Stark... Lo cierto es que se rodó un piloto protagonizado por Naomi Watts ambientado miles de años antes que no ha convencido. Apostando por lo seguro, HBO ha cerrado la producción de diez episodios de la que se llamará «House of the Dragon» (La casa del dragón), a partir de la última obra de George R.R. Martin.

La adaptación promete ser espectacular porque «Fuego y sangre» relata la llegada de los Targaryen y sus dragones con Aegón I El Conquistador, 300 años antes de que naciera Jon Nieve, el último de la dinastía en la serie basada en la saga inacabada «Canción de hielo y fuego», quien acaba en las gélidas tierras más allá del muro después de matar a su tía Daenerys.

Conociendo desde el principio a la estirpe de cabellos plateados, su relación no hubiera sido nada escandalosa, acostumbrados a casarse entre hermanos o parientes cercanos. La novela fue una de mis lecturas veraniegas, mi primera inmersión en el universo del escritor estadounidense buscando consuelo tras la llegada al trono de hierro de Bran Stark. Entre miles de acontecimientos, en ella descubrimos cómo se construyó ese asiento tan peculiar, por qué se llama la capital Desembarco del Rey y de dónde proceden los huevos de dragón petrificados que le regalan a Dany cuando se casa con Khal Drogo. Y como en las mejores familias, las rencillas por el poder, herencias, traiciones y amores desgraciados acaban con terribles peleas a muerte, en su caso montando a dragones en el cielo.

Las crónicas del largo reinado iban a ser un solo libro, pero tantas batallas daban para mucho y serán dos. En el primero, de más de 800 páginas, hay demasiado material para esos diez capítulos si vuelven al ritmo pausado, con tiempo para los detalles y los diálogos, que nos encandiló en los inicios de «Juego de Tronos». Tenemos Targaryen para años. Pasada la irrepetible sensación de la primera vez, sin los Stark y los Lannister en primera línea, otros nombres y localizaciones tendrán que trasladarnos a esta fantasía épica. Y con tanta sangre de dragón, van a necesitar mucho tinte de pelo rubio platino.