Medio Hollywood anda como loco buscando el próximo fenómeno de fantasía épica al estilo de Juego de tronos y la apuesta de Netflix para ganar esa competida batalla televisiva es The Witcher, una superproducción liderada por Henry Cavill y que tuvo ayer su puesta de largo en Los Ángeles. Tras colgar la capa de Superman, Cavill se convierte ahora en Geralt de Rivia para sumergirse en esta ambiciosa serie que llegará a la plataforma digital el próximo 20 de diciembre.

El escritor polaco Andrzej Sapkowski fue quien inició con sus relatos y novelas la fiebre por The Witcher, que alcanzaron un público aún mayor con sus adaptaciones en forma de videojuego. El primer episodio de The Witcher muestra notables paralelismos con Juego de tronos, al menos en sus rasgos generales: violencia, magia, guerra, sexo y unas escenas de lucha de lo más espectaculares.

Cavill interpreta aquí a un cazador de monstruos que es prácticamente un apestado en una sociedad, entre lo medieval y lo fantástico, que le tiene por un absoluto paria. «Había algo de Geralt que realmente me tocó la fibra sensible», dijo el británico en la Comic-Con de este año, donde se desvelaron las primeras imágenes de la serie. Las actrices Anya Chalotra y Freya Allan parten también como figuras destacadas del elenco de una producción cuya primera temporada cuenta con ocho episodios y que está bajo los mandos de Lauren S. Hissrich.

The Witcher aspirará a tomar el reino, por ahora vacío, de Juego de tronos, que se despidió este año como absoluta reina de la fantasía épica tras ocho impresionantes temporadas que la convirtieron en la serie más premiada en la historia de los Emmy (59 galardones en total). Pero Netflix no está sola a la hora de intentar seducir a los fans de la fantasía: HBO ya está trabajando en series derivadas de Juego de tronos y Amazon tiene en marcha su enorme adaptación a la pequeña pantalla de El señor de los anillos.