Genio de la comunicación. Creador de presidentes. Depredador sexual. Así promocionaban la miniserie «La voz más alta», centrada en el creador de Fox News. Por el tercero de estos atributos es el protagonista de hoy, Día Internaciones de la Mujer. Roger Ailes acosaba a las mujeres desde que comenzó a trabajar en televisión en 1967. Hasta que una de ellas, Gretchen Carlson (Naomi Watts) le denunció en 2016 después de grabarle durante más de un año, lo que animó a otras a contar lo que habían callado por miedo o por vergüenza. Evitando el juicio, ella cobró 20 millones de dólares a cambio de silencio. Ailes dimitió con 40 millones en el bolsillo y se fue a trabajar con Donald Trump.

Este es también el argumento de la película «Bombshell» (El escándalo) en la que introducen el personaje ficticio de una joven periodista que quiere salir en pantalla y acaba en el despacho de Ailes. Kayla Pospisil (Margot Robbie) se queda con más metraje que Carlson (Nicole Kidman), en tercer plano tras la influyente comentarista política Megyn Kelly (Charlize Theron), que la apoyó en la denuncia. Ellas, las víctimas, son las protagonistas, un trío de actrices impresionante que me condujo a la serie de Showtime, que puede verse en Movistar, con Tom McCarthy («Spotlight») como productor ejecutivo y guionista del piloto junto a Gabriel Sherman, autor del libro «The Loudest Voice in the Room» en el que está basada.

Lo que esconde la película, se ve en los siete capítulos que abordan el nacimiento de Fox News de la mano del despreciable Ailes, un espléndido Russel Crowe, reconocido con un Globo de Oro. Todo gira en torno a su despótica manera de dirigir Fox News, su inexistente ética periodística, su fanatismo conservador y sus tóxicas relaciones con las mujeres. Además de las continuas humillaciones, abrazos asfixiantes y clases de voz para manosear a Carlson, la serie muestra la destrucción de Laurie Luhn (Annabelle Wallis, Grace en «Peaky Blinders»), siempre con un gesto mecánico de limpiarse la boca.

Ailes murió diez meses después de su renuncia, antes de que el movimiento #MeToo recorriera el mundo. Harvey Weinstein oirá la primera sentencia en su contra esta semana. Probablemente se produzcan películas y series sobre su caída, pero aún persiste el acoso sexual en empresas sin glamur ni estrellas de por medio, y como en otros casos, suele haber otros y otras que saben, callan y hasta protegen a estos delincuentes. Ni una más tampoco en la oficina.