La Luna está repleta de pozos que, según los científicos, podrían conducir a enormes túneles: se cree que incluso podrían servir como habitáculos naturales en futuras colonias humanas. La ESA ha diseñado un vehículo explorador especializado para moverse en esos túneles.

Una nueva misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) tocaría la Luna en 2033 para poner en acción a un explorador de cuevas lunares: el vehículo, especialmente diseñado para ese propósito, recabaría información sobre el sistema de túneles que posee nuestro satélite. Además de aportar datos geológicos de trascendencia sobre la historia de la Luna, brindaría un panorama concreto en cuanto a la posibilidad de utilizar esos pasadizos subterráneos como refugios humanos.

Misterios bajo la superficie lunar

Los llamados tubos lunares de lava son túneles bajo la superficie de la Luna que aparentemente se conformaron durante erupciones de flujos de lava basáltica. Se sabe que estos tubos de lava pueden alcanzar una extensión de hasta 500 metros, antes de volverse inestables debido al colapso gravitacional. Sin embargo, las áreas estables también pueden verse afectadas por eventos sísmicos y otros fenómenos. 

Se cree que estos túneles podrían utilizarse como recintos para hábitats humanos. Los más amplios y estables alcanzan una temperatura promedio de 20 grados Celsius bajo cero. El conocimiento acumulado hasta el momento indica que estos túneles naturales podrían ofrecer protección contra rayos cósmicos, meteoritos y eyecciones de masa coronal. En consecuencia, podrían volverse útiles pensando en el establecimiento de asentamientos humanos en la Luna, un objetivo que se han propuesto distintas agencias espaciales para las próximas décadas.

Una oportunidad única para saber más sobre nuestro satélite

De acuerdo a una nota de prensa, la ESA ha seleccionado algunos diseños y proyectos que reunió luego de una convocatoria. Esto le permitió diseñar un programa integral para la misión y elegir un prototipo de explorador de cuevas lunares, que se ha denominado Daedalus. El explorador podría trasladarse mediante el lanzador Ariane 6 a principios de la próxima década: utilizaría el European Large Logistic Lander (EL3) como módulo de aterrizaje para llegar a la superficie de la Luna. Su objetivo sería el pozo ubicado en la región de Marius Hills y trabajaría duraría quince días, lo que equivale a un día en la Luna.

Los orbitadores lunares han mapeado múltiples pozos profundos en la superficie de la Luna, que son de alto interés científico. Comenzando con el pozo de Marius Hills en esta primera misión, se buscará obtener acceso a material de máxima trascendencia en cuanto al pasado geológico de la Luna. Además, es posible que estos túneles presenten depósitos de agua helada. 

Una diminuta esfera 

El explorador de cuevas lunares Daedalus tendrá la forma de una pequeña esfera de 46 centímetros de diámetro, incluyendo una cámara estereoscópica inmersiva, un sistema radar láser para el mapeo 3D de interiores de cuevas, sensores de temperatura y un dosímetro de radiación, así como también brazos extensibles para sortear obstáculos y probar las propiedades de las rocas.

Por último, vale destacar que la nueva misión requerirá el desarrollo de tecnologías innovadoras, alentando al sector espacial europeo y global a desarrollar nuevas soluciones, que constituyan un paso adelante en comparación con misiones lunares anteriores. Según los especialistas, este avance en la tecnología marcaría una nueva etapa en la exploración lunar y marciana.