La sonda europea Solar Orbiter se acerca hoy al Sol a menos de un tercio de la distancia que lo separa de la Tierra: obtendrá imágenes insólitas de la corona y ayudará a entender mejor las fogatas de radiación que brotan de la superficie solar visible.

Después de dos años en el espacio, la nave espacial Solar Orbiter de la ESA alcanza este sábado 26 de marzo el mejor posicionamiento de su ruta de vuelo: se sitúa a sólo 48 millones de kilómetros del Sol, a menos de un tercio de la distancia entre la Tierra y nuestra estrella.

En los días de su paso del perihelio, el punto de su órbita más cercano al Sol, la sonda espacial registrará los datos más valiosos hasta la fecha: las imágenes de la corona solar tendrán la resolución más alta de todos los tiempos. El orbitador solar podrá explotar también una de sus ventajas clave: la vista simultánea en diferentes capas del Sol.

Los científicos esperan que, entre otras cosas, esta aproximación al Sol proporcione nuevos conocimientos sobre cómo los estallidos más pequeños de radiación en la corona solar surgen de los campos magnéticos de la superficie solar visible, según se informa en un comunicado.

Solo unas pocas sondas espaciales se han aventurado hasta ahora a menos de un tercio de la distancia entre la Tierra y el Sol. Solar Orbiter se sitúa a unos pocos millones de kilómetros más cerca que la distancia alcanzada por las sondas gemelas Helios A y B en la década de 1970. Solo la sonda solar Parker de la NASA ha volado todavía más cerca del Sol, alcanzando una distancia de solo 8,5 millones de kilómetros, el año pasado.

Ventaja tecnológica

A diferencia de sus predecesores, Solar Orbiter está equipada con una instrumentación inusualmente completa. Los diez instrumentos científicos que incorpora no solo analizan los campos electromagnéticos y las partículas solares que fluyen alrededor de la nave espacial, sino que por primera vez pueden observar el propio Sol desde una gran proximidad.

En los últimos meses, diversos telescopios han podido detectar pequeños estallidos de radiación conocidos como "fogatas". El fenómeno ocurre con más frecuencia de lo que se pensaba y podría explicar cómo se generan las desconcertantes temperaturas altas, de alrededor de un millón de grados, en la corona solar.

Se ha descubierto que las regiones de diferente polaridad magnética en la superficie solar son el origen de este fenómeno, aunque se cree que también influyen otros procesos en la emergencia de las fogatas solares. Los datos que recopilará Solar Orbiter ayudarán a comprender mejor estos procesos, según los científicos.

Regiones polares

Durante su proximidad nuestra estrella, Solar Orbiter también observará las regiones polares del Sol. Hasta el momento, la nave espacial ha abandonado el plano orbital en el que la Tierra y los demás planetas giran alrededor del Sol en cuatro grados. Al final de la misión, se espera que ese número aumente a más de 30 grados. Esto permitirá mirar los polos del Sol por primera vez.

En su ciclo de aproximadamente once años, la actividad del Sol aún no ha alcanzado su máxima intensidad. Durante la fase actual, relativamente tranquila, el rápido viento solar emerge con bastante frecuencia de las regiones cercanas a los polos.

Con velocidades supersónicas de unos 750 kilómetros por segundo, estas partículas solares se desplazan por el espacio. Mediciones conjuntas de Solar Orbiter y de los instrumentos in situ, que analizan estas partículas en la ubicación de la nave espacial, y los instrumentos que miran al Sol, podrían proporcionar información sobre el mecanismo de aceleración.

En el próximo tránsito del perihelio, dentro de unos seis meses, el rápido viento solar ya debería haber disminuido aún más. Entonces las erupciones espontáneas de partículas solares ocurrirán con mayor frecuencia.

Y aún más cerca en octubre

La órbita altamente elíptica actual de Solar Orbiter cambiará poco en los próximos tres años: aproximadamente cada seis meses, la nave espacial alcanzará su punto más cercano al Sol.

Sin embargo, con su próximo tránsito de perihelio, previsto para octubre de este año, Solar Orbiter se moverá aún un poco más cerca del Sol, a 42 millones de kilómetros. Para entonces, Solar Orbiter también habrá superado a las sondas Helios A y B.

Solar Orbiter es el laboratorio científico más complejo jamás enviado al Sol. Es un satélite científico de observación solar desarrollado por la Agencia Espacial Europea con la colaboración de la NASA. Fue lanzado en febrero de 2020 desde Cabo Cañaveral.