Una investigación ha creado un mapa en 3D del cerebro que procesa las experiencias subjetivas provocadas por psicodélicos, abriendo así la posibilidad de crear a voluntad estados alterados de consciencia con fines terapéuticos.

Una investigación liderada por la Universidad McGill en Canadá ha cartografiado por primera vez cómo los psicodélicos producen determinados efectos en el cerebro humano. Los resultados se publican en la revista Science Advances.

Durante miles de años, los humanos se han sentido atraídos por el consumo de sustancias alucinógenas o psicodélicas para alterar deliberadamente los estados de conciencia.

Estos estados mentales inducidos por drogas frecuentemente involucran experiencias místicas, la disolución de los límites entre el yo y el mundo, cambios en la percepción socioemocional y una intensificación dramática de la capacidad sensorial.

Las alteraciones subjetivas de la realidad que producen esas drogas son muy variables entre los individuos y dependen de la historia de vida, de la visión del mundo y del entorno en el que se desenvuelve cada experiencia:  la misma droga puede inducir sentimientos ilimitados de alegría y amor en algunas sesiones, pero terror y pánico en otras sesiones, destacan los autores de esta investigación en su artículo.

Estado alterado de consciencia

Además de los factores relacionados con el sujeto para la variabilidad interindividual, la naturaleza de la experiencia inducida por el fármaco también depende de los compuestos químicos de cada droga.

Numerosos estudios clínicos han demostrado que las drogas psicodélicas se muestran prometedoras como tratamientos para una variedad de condiciones psiquiátricas: alivian el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) y la depresión resistente al tratamiento.

El principal valor terapéutico de las drogas psicodélicas se refiere a su aparente capacidad de alterar el estado de consciencia: la disolución del ego es un sello distintivo de los estados alucinógenos de consciencia.

Debido principalmente al valor terapéutico de estas sustancias, la ciencia se ha interesado cada vez más por descubrir los mecanismos moleculares que sustentan los procesos neuronales asociados con estas químicas.

A nivel macroscópico, se cree que los alucinógenos provocan los efectos psicológicos asociados a través de cambios de acoplamiento funcional entre redes cerebrales a gran escala.

El mayor estudio del mundo

Para llegar más al fondo de estos procesos cerebrales, un equipo de investigadores desarrolló el estudio más grande del mundo sobre los efectos psicodélicos en el cerebro y demostró que los cambios inducidos por las drogas en la consciencia subjetiva están arraigados anatómicamente en sistemas receptores de neurotransmisores específicos.

Los investigadores reunieron 6.850 testimonios de personas que tomaron una variedad de 27 drogas psicodélicas diferentes. En un estudio único en su tipo, diseñaron una estrategia de aprendizaje automático para extraer palabras de uso común de sus testimonios y vincularlas con los receptores de neurotransmisores (proteínas) que transmiten su significado al sistema nervioso.

Al codificar palabras como "feliz" o "color", los investigadores pudieron rastrear en el cerebro el impacto de una experiencia típica de "subidón" para cada una de las 27 drogas analizadas.

Así descubrieron que estas experiencias el cerebro las registra en las capas más bajas y profundas de la corteza, la sustancia gris que cubre la superficie de los hemisferios cerebrales y que procesa la percepción, la imaginación, el pensamiento, el juicio y la toma de decisiones.

Mapa 3D

Usando miles de sondas de transcripción de genes, el equipo creó un mapa 3D de los receptores cerebrales y las experiencias subjetivas vinculadas a ellos, a través del cerebro.

Si bien se sabe que la experiencia psicodélica varía ampliamente de una persona a otra, el gran conjunto de datos testimoniales permitió vincular estados coherentes de experiencias conscientes con receptores y regiones cerebrales en cada uno de los individuos.

Esta constatación respalda la teoría de que se pueden diseñar nuevos compuestos de drogas alucinógenas para crear de manera confiable los estados mentales deseados.

Por ejemplo, un efecto prometedor de algunos psicodélicos para la intervención psiquiátrica es la disolución del ego, la sensación de estar separado de uno mismo.

Posibilidades terapéuticas

El estudio descubrió que este sentimiento estaba más asociado con el receptor de serotonina 5-HT2A. Sin embargo, otros receptores de serotonina (5-HT2C, 5-HT1A, 5-HT2B), los receptores adrenérgicos Alfa-2A y Beta-2, así como el receptor D2 también se relacionaron con la sensación de disolución del ego.

Un fármaco que se dirija a estos receptores puede crear de forma fiable esta sensación en los pacientes que los médicos creen que podrían beneficiarse de él, señalan los investigadores.

Danilo Bzdok, autor principal de esta investigación, señala en un comunicado: "nuestro estudio proporciona un primer paso, una prueba de principio, de que podemos construir sistemas de aprendizaje automático que puedan predecir con precisión qué combinaciones de receptores de neurotransmisores deben estimularse, para inducir un estado específico de experiencia consciente en una persona determinada".

Referencia

Trips and neurotransmitters: Discovering principled patterns across 6850 hallucinogenic experiences. Galen Ballentine et al. Science Advances, 16 Mar 2022; Vol 8, Issue 11. DOI:10.1126/sciadv.abl6989