Las estructuras ubicadas en el interior de la Tierra podrían tener la misma movilidad que los continentes en la superficie, según un nuevo estudio. Las estructuras calientes se unen de una manera que recuerda a la formación de supercontinentes en el nivel superficial: por ejemplo, se ha comprobado que la estructura profunda debajo de África podría tener solo 60 millones de años, una fracción de la edad supuesta anteriormente.

Una nueva investigación sobre las estructuras calientes en las profundidades de la Tierra sugiere que podrían ser mucho más “movedizas” de lo que se ha supuesto hasta hoy. El estudio, realizado en la Universidad de Wollongong (UOW), en Australia, demuestra que la historia del vulcanismo es compatible con estructuras fijas y móviles en la base del manto terrestre: por lo tanto ya no se requiere de estructuras estacionarias en la base del manto para explicar los movimientos en la superficie.

Movilidad en las profundidades

Según una nota de prensa, los investigadores liderados por el Dr. Nicolas Flament sustentaron su trabajo en cómo la dinámica del interior de la Tierra impulsa el cambio del nivel del mar, da forma al paisaje de la superficie y controla el clima, entre otros trascendentes impactos. Frente a estas evidencias, resulta complejo pensar en estructuras internas fijas: todo indicaría más bien que las variaciones superficiales están acompañadas de movimientos en las profundidades. 

En el nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Nature, los científicos explican que las erupciones volcánicas ocurridas en los últimos 320 millones de años se han relacionado con dos grandes estructuras en la base del manto terrestre, que actualmente se encuentran bajo África y el Océano Pacífico. 

A partir de estos datos, la hipótesis más aceptada indica que estas estructuras del manto basal han estado fijas durante el tiempo geológico, en contraste con otras observaciones y modelos, que sugieren que las placas tectónicas y algunas zonas del manto han mostrado movilidad. Incluso, estas posturas indican que las estructuras del manto basal se están deformando y cambiando en la actualidad.

Como los continentes en la superficie

Vale recordar que el manto terrestre es la capa de la Tierra que se encuentra entre la corteza y el núcleo, abarcando aproximadamente el 84% del volumen del planeta. El manto se extiende desde los 33 kilómetros de profundidad, o alrededor de 8 kilómetros en las áreas oceánicas, hasta los 2.900 kilómetros, en la zona de transición al núcleo. A lo largo de esa extensa inserción en las profundidades de la Tierra, el manto presenta distintas capas y características. 

Mediante una reconstrucción del flujo del manto desde hace mil millones de años hasta nuestros días, los investigadores australianos han logrado demostrar que la historia del vulcanismo es estadísticamente tan consistente con las estructuras móviles del manto basal como con las fijas.

En el mismo sentido, el estudio aporta evidencias sobre cómo desde hace 400 millones de años la estructura debajo de África se ensambló progresivamente, empujada por gigantescas losas, para transformarse en una estructura coherente hace tan solo 60 millones de años. Este hecho, y los modelos de flujo del manto que se han desarrollado, sugieren que las estructuras del manto basal son móviles: se agregan y se dispersan con el tiempo, de manera similar a como lo hacen los continentes en la superficie de la Tierra.

Junto a los modelos trabajados, los investigadores hallaron otros datos geoquímicos que predicen la presencia de material continental en el manto ubicado debajo de África. Todas estas evidencias estarían mostrando que los abruptos cambios que se aprecian constantemente en la superficie terrestre también se registrarían en las profundidades del planeta, haciendo evidente una vez más que la Tierra es un gran sistema interconectado e integrado en todas sus dimensiones. 

Referencia

Assembly of the basal mantle structure beneath Africa. Nicolas Flament et al. Nature (2022). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-022-04538-y