Un enorme lago del tamaño de una ciudad fue descubierto más de 3 kilómetros por debajo de la capa de hielo de la Antártida. El gran lago de agua líquida, de unos 42 kilómetros de largo y 15 kilómetros de ancho, se escondía en las profundidades de la capa helada más grande de la Tierra. Sería uno de los lagos subglaciales más grandes jamás descubiertos.

Un grupo internacional de investigadores, liderado por el Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, descubrió un lago de grandes dimensiones oculto bajo la espesa capa de hielo de la Antártida Oriental. El lago subglacial se habría originado junto a la capa helada, que data de hace aproximadamente 34 millones de años: por lo tanto, ofrecería un invaluable registro de toda la historia de la capa de hielo antártica, incluyendo sus inicios, su crecimiento y su evolución a lo largo de los ciclos glaciales.

De acuerdo a una nota de prensa, el hallazgo y las observaciones realizadas también permitieron confirmar que la capa de hielo cambió significativamente hace unos 10.000 años, aunque los científicos no han podido determinar aún las causas de esas modificaciones. El nuevo estudio, que documenta el descubrimiento del Lago Snow Eagle, fue publicado recientemente en la revista Geology. 

Bajo las profundidades 

El enorme cuerpo de agua se encuentra a unos 3,2 kilómetros por debajo de la capa de hielo y mide unos 42 kilómetros de largo por 15 kilómetros de ancho, cubriendo un área de 370 kilómetros cuadrados, que fácilmente podría albergar una ciudad. Además, el lago contiene 21 kilómetros cúbicos de agua, con una profundidad máxima de 200 metros.

Se denomina lago subglacial a aquellos cuerpos de agua que se encuentran permanentemente cubiertos de hielo. Se han descubierto numerosos lagos de este tipo bajo glaciares y casquetes de hielo, aunque el Lago Vostok, también en la Antártida, es claramente el más extenso: posee una superficie de unos 15.000 kilómetros cuadrados. 

Según los científicos a cargo del nuevo estudio, el Lago Snow Eagle se convertiría en uno de los lagos subglaciales más grandes jamás descubiertos. Sin embargo, su mayor valor estaría en la información que puede entregar sobre la historia de estas gigantescas formaciones de hielo, que aún asombran a la ciencia y siguen ocultando muchos misterios. Al parecer, el lago podría funcionar como un “archivo” de todos los cambios ocurridos en esa zona del planeta en los últimos 34 millones de años

El lago Snow Eagle se encuentra en un cañón en la Antártida oriental, cubierto por una capa de hielo de gran espesor. Crédito: Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas.

Datos sobre el pasado y sobre el futuro

El indicio original de la existencia del lago y del cañón que lo alberga surgió cuando los científicos detectaron una suave depresión en la capa helada, gracias a las imágenes de satélite. Para confirmar su presencia, los especialistas realizaron estudios sistemáticos sobre el sitio a lo largo de tres años, con radares que penetran en el hielo y sensores que miden cualquier mínimo cambio en la gravedad y el campo magnético de la Tierra.

Como se localiza relativamente cerca de la costa, los científicos piensan que el lago Snow Eagle podría contener información vital sobre cómo comenzó la capa de hielo de la Antártida Oriental, y el papel que tuvo la Corriente Circumpolar Antártica en ese período de la historia del planeta. Vale recordar que muchas teorías sostienen que dicho anillo de agua helada, que rodea al continente blanco en toda su circunferencia, es responsable de mantener las gélidas temperaturas que lo caracterizan. 

En el futuro, los investigadores creen que obtener una muestra de los sedimentos del lago mediante una perforación permitiría grandes avances en la comprensión científica sobre la glaciación de la Antártida, además de aportar datos cruciales sobre la posible desaparición de la capa de hielo debido al cambio climático.

Referencia

A newly discovered subglacial lake in East Antarctica likely hosts a valuable sedimentary record of ice and climate change. Shuai Yan et al. Geology (2022). DOI:https://doi.org/10.1130/G50009.1