Una investigación de la Universidad de California ha descubierto que, en términos evolutivos, el celibato puede representar una ventaja natural: favorece a las familias de las que proceden los monjes, a las que hacen más ricas y fértiles.

El celibato es una antigua práctica que ha llevado a muchas personas a optar en su vida a no formar pareja ni familia, ni a mantener nunca con nadie relaciones sexuales. Debido a su presencia persistente a lo largo de la historia, cuyos antecedentes conocidos se remontan hasta 500 años antes de Cristo, los antropólogos se han interesado por el impacto evolutivo de esta práctica.

Generalmente el celibato contemporáneo está asociado a la Iglesia católica, que lo impuso en el año 1113 (primer concilio de Letrán), aunque también está presente en el seno de la iglesia ortodoxa, el budismo y el hinduismo. Puede decirse por tanto que por lo general tiene un significado religioso, aunque también han sido célibes a lo largo de la historia tanto pensadores como escritores y artistas, sin ninguna connotación religiosa.

Los antropólogos han considerado al celibato como algo contrario a la naturaleza humana, porque no solo somete instintos básicos de las personas, sino porque garantiza también una pérdida en la competencia evolutiva, ya que los célibes no dejan descendencia alguna.

Sin embargo, una nueva investigación de la Universidad de California en Los Angeles ha podido determinar que, en términos evolutivos, el celibato puede representar una ventaja natural. Los resultados de este estudio se publican en la revista Royal Society Proceedings B.

Región tibetana

Este equipo de investigadores, liderado por la profesora Ruth Mace, investigó las sociedades de monjes budistas que viven en la región tibetana de Amdo, actual provincia de Gansu en el oeste de China, eminentemente agrícola y ganadera.

En esta región es frecuente todavía que los hijos menores de los granjeros locales sean enviados a monasterios, debido a creencias religiosas ampliamente compartidas.

Para profundizar en el impacto evolutivo de esta práctica ancestral, los investigadores encuestaron a 530 familias de 21 aldeas se esa región china.

Recogieron datos genealógicos de cada familia, especialmente los relacionados con los varones enviados a monasterios, y descubrieron que esa práctica es ventajosa para las familias de los monjes.

En primer lugar, porque el retiro de un hijo beneficia a sus hermanos en el reparto de la herencia familiar, lo que se traduce en que adquieren más riqueza, mayores posibilidades de contraer matrimonio y de dejar más descendencia: sus esposas tienden a tener hijos a una edad más temprana.

De esta forma, los padres que envían a uno de sus hijos a un monasterio obtienen más nietos que los padres de las familias que no tienen hijos monjes. Eso significa que el celibato de uno de sus hijos es evolutivamente beneficioso para los padres.

Selección natural

Según los investigadores, el celibato podría ser considerado como un mecanismo más del proceso de selección natural, que es la base de todo cambio evolutivo. Lo comprobaron mediante un sofisticado modelo matemático que refleja el impacto del celibato en el éxito evolutivo del individuo y de toda la familia.

Apreciaron dos posibles variables: la primera, que el celibato fuera una decisión personal del hijo. La segunda, que fuera decisión de los padres. Las consecuencias difieren claramente entre uno y otro caso.

La realidad es que el celibato como opción personal es algo poco corriente en esta región china y no se contempla como parte de su cultura. Desde la perspectiva de un individuo, no es muy ventajoso en términos evolutivos.

Sin embargo, el modelo reveló que el celibato solo se vuelve mucho más común e interesante cuando son los padres los que deciden enviar a uno de sus hijos al monasterio. Esta intervención paterna se produce siempre que se considere una buena opción para la familia tener un miembro en el monasterio. Eso significa que se trata de una práctica cultural moldeada por los intereses de los padres.

Otros contextos

Los investigadores también llaman la atención sobre una posible derivada: este modelo también podría aclarar potencialmente la evolución de otras formas de favoritismo de los padres en otros contextos culturales, incluso el infanticidio, la privación deliberada de la vida de algunos niños, que no era infrecuente en muchas culturas antiguas.

Este modelo también podría explicar la rareza del monacato femenino, no solo en el Tíbet, sino también en otras comunidades estrictamente patriarcales.

Al enviar a una hija a un monasterio, los padres reducen el número posible de descendientes, sin recibir beneficios de la distribución de beneficios, ya que las niñas no participan en la herencia. Pero en las sociedades donde las mujeres tenían grandes derechos -en particular, en algunas regiones de Europa Occidental- el monacato y el celibato femeninos eran (y son) bastante comunes.

Actualmente, los investigadores están desarrollando una nueva investigación para comprender por qué la frecuencia de monjes y monjas varía en diferentes religiones y partes del mundo.

Referencia

Religious celibacy brings inclusive fitness benefits. Alberto J. C. Micheletti et al. Royal Society Proceedings B, 22 June 2022. DOI :https://doi.org/10.1098/rspb.2022.0965