Los científicos han abierto una nueva ventana hacia el pasado más distante de la Tierra: el descubrimiento de un trozo de corteza terrestre por debajo de Australia Occidental indicaría profundos cambios ocurridos en la Tierra a nivel global hace 4.000 millones de años, que habrían influido en la evolución del planeta y en la estabilización de la vida.

Un nuevo estudio realizado en la Universidad de Curtin, en Australia, ha logrado identificar un trozo de la corteza terrestre de 4.000 millones de años de antigüedad, del tamaño de Irlanda, que ha estado asentado bajo Australia Occidental e influyó en la evolución geológica de la zona a lo largo del tiempo. 

Al parecer, este tipo de estructuras existirían en distintas zonas del planeta, sugiriendo un cambio significativo en la evolución de la Tierra hace unos 4.000 millones de años, cuando el bombardeo de meteoritos disminuyó, la corteza se estabilizó y la vida en la Tierra comenzó a establecerse. La investigación ha sido publicada recientemente en la revista Terra Nova.

En los granos del circón

El hallazgo se concretó mediante una técnica que no requiere ningún tipo de excavaciones. Según una nota de prensa, se dispararon láseres más finos que un cabello humano a diminutos granos de un mineral extraído de la arena de las playas australianas, conocido como circón. Se trata del mineral más antiguo identificado en la Tierra y uno de los minerales más abundantes en la corteza terrestre.

Vale recordar que la corteza terrestre es la región más externa de la estructura concéntrica de la geosfera, el área sólida de la Tierra. Los geólogos la definen como una estructura delgada, dotada de un espesor que oscila entre los 5 kilómetros, en el fondo de los océanos, hasta los 70 kilómetros en las zonas montañosas activas que pueden encontrarse en las áreas continentales.

Los láseres permitieron a los científicos australianos vaporizar granos de circón, un método que hace posible fechar los granos y compararlos con otros, para de esta forma intentar determinar de dónde podrían haber venido. Los resultados no solo sirvieron para confirmar la antigüedad del bloque de corteza terrestre descubierto, sino que además mostraron que el remanente de la protocorteza posee unos 100.000 kilómetros cuadrados.

Un cambio global significativo

El grupo de investigadores, liderado por Maximilian Dröellner, sostiene que la enorme extensión de corteza habría influido en gran medida en la formación de rocas, entre otros fenómenos. El trozo de corteza ha sobrevivido a múltiples eventos de formación de montañas entre Australia, India y la Antártida, preservándose intacto a decenas de kilómetros de profundidad en la esquina suroeste de Australia Occidental.

La comparación de estos hallazgos con otros datos existentes sugieren que muchas regiones del mundo experimentaron eventos similares de formación y preservación temprana de la corteza terrestre. En consecuencia, habría existido un cambio radical en la evolución del planeta hace unos 4.000 millones de años, un momento en el cual las condiciones para el desarrollo de la vida a largo plazo se habrían estabilizado. 

Por otro lado, el borde de la antigua pieza de corteza terrestre parece definir un límite importante, que podría arrojar nuevos datos sobre fenómenos aún desconocidos de la dinámica interna del planeta y ayudar en una futura exploración optimizada de recursos sostenibles. Incluso, estos datos podrían esclarecer en parte el cambio que llevó a la Tierra a convertirse en un planeta repleto de vida e influir en su búsqueda en otros planetas.

Referencia

A persistent Hadean–Eoarchean protocrust in the western Yilgarn Craton, Western Australia. Maximilian Dröllner, Christopher L. Kirkland, Milo Barham, Noreen J. Evans and Bradley J. McDonald. Terra Nova (2022). DOI:https://doi.org/10.1111/ter.12610