La primera imagen del telescopio James Webb difumina la línea entre ciencia y arte, nos lleva a la cuna del universo y nos habla de millones de planetas en miles de galaxias como la Vía Láctea, de millones de posibilidades de mundos habitables. Es lo más parecido a una Navidad en julio, explican los científicos.

La comunidad científica ha reaccionado con asombro y esperanza ante la primera imagen del Telescopio James Webb, presentada ayer como anticipo de lo que nos ofrecerá el principal observatorio de ciencia espacial del mundo.

La imagen de campo profundo muestra una miríada de galaxias tal como aparecieron hace 4.600 millones de años. Cubre un trozo de cielo de aproximadamente el tamaño de un grano de arena y revela miles de galaxias en una pequeña porción del vasto universo.

Este campo profundo es un compuesto hecho de imágenes en diferentes longitudes de onda. La nítida vista en el infrarrojo cercano de Webb mostró estructuras tenues en galaxias extremadamente distantes, ofreciendo la vista más detallada del universo primitivo hasta la fecha.

La masa combinada del cúmulo de galaxias SMACS 0723 actúa como una lente gravitacional, magnificando galaxias distantes. El telescopio ha enfocado nítidamente esas galaxias distantes: tienen estructuras diminutas y tenues que nunca se habían visto, incluidos cúmulos de estrellas y características difusas.

Esta imagen es una de las primeras a todo color del telescopio. La NASA y sus socios lanzarán la serie completa de las primeras imágenes y datos a todo color de Webb, conocidos como espectros, este martes 12 de julio, durante una transmisión de televisión en directo desde la NASA, de la que informaremos esta tarde.

Luz de 13000 millones de años

Pero la comunidad científica ya ha comentado las primeras impresiones de esta proeza del telescopio. La profesora Cathryn Trott, líder del proyecto Epoch of Reionisation en el Centro Internacional para la Investigación de Radioastronomía en Perth, Australia, explica que esta primera imagen aprovecha el poder combinado del Telescopio Espacial James Webb y la Relatividad General de Einstein, aumentando y distorsionando la luz débil de estas galaxias tempranas a través del enfoque causado por el cúmulo de galaxias entre nosotros y el Universo primitivo. Casi todos los objetos representan una galaxia distante, aclara.

Añade que esta imagen captura la luz de las estrellas de los objetos que se formaron en los primeros cientos de millones de años después del Big Bang. Esta luz estelar tiene más de 13 mil millones de años y está enfocada hacia JWST por el increíble poder de flexión de un cúmulo masivo de galaxias más jóvenes.

Cuna del Universo

Por su parte, el profesor Paulo de Souza, Decano de Investigación en la Universidad Griffith (Australia), destaca que con esta imagen podemos ver más lejos que nunca, podemos ver más que nunca, podemos estar más cerca de nuestra propia cuna del Universo. “Es la instantánea de un pasado lejano", añade.

Karl Glazebrook, profesor en el Centro de Astrofísica y Supercomputación de la Universidad Tecnológica de Swinburne/ASTRO-3D, precisa que esta imagen es compleja de interpretar.

Explica que las galaxias muestran muchos más detalles que en las imágenes del Hubble y que se ven muchos más arcos nuevos que el Hubble no pudo detectar.

“Lo que noto particularmente es que muchos de ellos son 'cadenas de perlas', probablemente cúmulos de estrellas en una pequeña galaxia, ¡siendo de diferentes colores! Esto nos dice que hay una gama mucho más diversa de estrellas en el universo primitivo de lo que vemos con el Hubble”, concluye.

Más desafíos

El Dr. Themiya Nanayakkara, astrónomo de la Universidad Tecnológica de Swinburne, habla de que en esta primera imagen del Webb todavía hay muchas cosas por descubrir.

“Podemos ver muchos más arcos de lentes gravitacionales que estiran la luz de las galaxias de fondo. La mayoría de ellos se deben al cúmulo de galaxias en primer plano en la imagen, pero se puede ver que algunas galaxias individuales también están magnificando las fuentes de fondo”, explica.

“Si se observa lo suficientemente de cerca, se ven picos de difracción (similares a los que vemos en las estrellas) que también provienen de las regiones centrales de las galaxias. Esta mayor nitidez de JWST es bienvenida, pero proporcionará a los astrónomos más desafíos únicos que enfrentar al analizar las imágenes súper nítidas de JWST”, advierte.

“Estas estrellas reconstruirán nuestra historia de origen para contarnos cómo un Universo lleno solo de hidrógeno y helio se transformó en la diversidad de elementos que nos rodean en la actualidad. Desde el oxígeno en nuestra atmósfera hasta el calcio en nuestros huesos, el viaje de todo lo que depende de la vida comenzó en estas primeras estrellas. Espero que encontremos a nuestros primeros antepasados con Webb, concluye.

¿Ciencia o arte?

El Dr. Robin Cook, investigador asociado del Centro Internacional de Investigación de Radioastronomía de la Universidad de Australia Occidental, señala la primera imagen del telescopio es en sí misma tan impactante visualmente que tal vez difumina las líneas entre la ciencia y el arte.

Las intrincadas características causadas por la flexión gravitacional, la cantidad de luz y la ráfaga de colores que producen estas galaxias, hacen que esto sea lo más parecido a una Navidad en julio, añade.

Jaime Andrés Alvarado Montes, doctorando en la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la Universidad Macquarie, añade que esta imagen es el reino de lo impensable.

Y matiza: en cada una de estas galaxias tiene que haber millones de planetas como en la Vía Láctea, millones de posibilidades de tener mundos habitables.

La luz recolectada por el telescopio más increíble jamás construido por la humanidad nos transporta a esos mundos, nos está haciendo parte del Universo, concluye.

(Información elaborada con las reacciones de científicos australianos a la difusión de la primera imagen del telescopio James Webb, recogidas por SMC).