Genética
Nuestros genes pueden arrastrar las experiencias de nuestros abuelos
La transmisión de la memoria epigenética a través de múltiples generaciones ha sido demostrada en gusanos, pero es muy probable que también se concrete en el ser humano

En un estudio de herencia epigenética, los investigadores crearon embriones del gusano C. elegans que heredaron distintos cromosomas. Las características heredadas lograron mantenerse por tres generaciones: es probable que esta condición también puede probarse en algún momento en el ser humano. / Crédito: Laura Gaydós.
Pablo Javier Piacente
Los cambios epigenéticos pueden transmitirse potencialmente no solo de padres a hijos, sino también a los nietos. Esta “herencia epigenética transgeneracional" puede provocar que la salud de una persona pueda verse influenciada por las experiencias de sus padres y abuelos.
Investigadores de la Universidad de California en Santa Cruz, en Estados Unidos, han logrado demostrar cómo un tipo común de modificación epigenética puede transmitirse a través de los espermatozoides no solo de padres a hijos, sino también a la próxima generación. El fenómeno se denomina “herencia epigenética transgeneracional” y fue verificado en embriones del gusano C. elegans.
Sin embargo, los científicos creen que cuando el mecanismo descubierto sea comprobado también en humanos, servirá para explicar cómo la salud y el desarrollo de una persona se ven influenciados por las experiencias de sus padres y abuelos. Los resultados de este nuevo estudio han sido publicados recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
La herencia ambiental
La epigenética, también conocida como epigenoma, es el análisis de los mecanismos que regulan la expresión genética sin que suceda una variación en la secuencia del ADN (ácido desoxirribonucleico), el “código de la vida” que los compone. Estos mecanismos demuestran la relación entre las influencias genéticas y ambientales que determinan la expresión de los genes, y su derivación en funciones relativas al organismo.
En otras palabras, la epigenética nos está mostrando que no solo los genes en sí mismo nos influyen, sino también la “carga” de experiencias y situaciones relacionadas con el entorno. Aunque ya se sabe que este tipo de cambios en la expresión génica pueden heredarse y existe un creciente cuerpo de evidencia al respecto, los mecanismos involucrados en este fenómeno siguen siendo poco conocidos. Ahora, el nuevo estudio parece haber identificado varios aspectos que podrían llegar a resolver este enigma.
En algún momento se pensó que la mayoría de estas modificaciones epigenéticas se borraban y “reiniciaban” después de la fertilización, derivando en que las células sexuales se reprogramen para asegurar un desarrollo normal. Sin embargo, diferentes estudios en animales, y concretamente en mamíferos, han demostrado que algunos cambios epigenéticos pueden escapar a la reprogramación y transferirse de generación en generación.
Esto es precisamente lo que observaron los científicos en la nueva investigación, liderados por Susan Strome. Según una nota de prensa, desarrollaron embriones del gusano C. elegans, que heredaron tanto los cromosomas empaquetados con una marca epigenética específica como otros que no la tenían.
Marcas imborrables
Demostraron que la “transferencia” de la marca epigenética se concretó en tres generaciones diferentes. Según los científicos, esto parece una característica conservada de la expresión génica y el desarrollo en animales en general, no solo un extraño fenómeno específico del gusano. De esta manera, aunque por el momento la evidencia en humanos es escasa, podría llegar a incrementarse en el futuro.
Aunque los investigadores eliminaron selectivamente la marca epigenética de los cromosomas de los espermatozoides de C. elegans, al observar los niveles de actividad genética en la descendencia resultante descubrieron que los genes eliminados en los cromosomas heredados de los espermatozoides ya no estaban suprimidos.
Algunos genes parecen haberse activado de forma independiente, e incluso ese patrón se transmitió a la siguiente descendencia. Los científicos concluyeron que si este patrón de empaquetamiento de ADN se mantiene en la línea germinal, podría transmitirse potencialmente a numerosas generaciones.
Referencia
Sperm-inherited H3K27me3 epialleles are transmitted transgenerationally in cis. Susan Strome, Kiyomi Raye Kaneshiro et al. PNAS (2022). DOI:https://doi.org/10.1073/pnas.2209471119
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