Geofísica

Los umbrales planetarios también son sociales

No afectan por igual a toda la población, por lo que se requiere un uso equitativo de los recursos naturales 

La Tierra y la Humanidad están indisolublemente unidos.

La Tierra y la Humanidad están indisolublemente unidos. / Pxfuel.

ASP/T21

La crisis planetaria no sólo ha traspasado casi todos los umbrales críticos, sino que tiene también una dimensión social porque no afecta por igual a toda la población. La solución pasa por un uso “justo” y “equitativo” de los recursos naturales, algo que una perspectiva multidisciplinar puede ayudar a conseguir, según Nature.

Se han traspasado siete de los ocho “límites planetarios” peligrosos para la vida en la Tierra, concluye un estudio publicado en la revista Nature.

Este estudio es una actualización de un concepto establecido por primera vez en 2009 y al que los autores agregan ahora un "costo" que no estaba en sus radares en ese momento.

Ese año, un equipo liderado por Johan Rockström, del Instituto de Ciencias Ambientales de la Universidad de Potsdam (Alemania), publicó también en la revista Nature una categorización: determinó los sistemas de nuestro planeta que podrían estimarse alterados por la actividad humana, y que habían dividido en nueve grupos.

Peligro, peligro

Cada uno de estos grupos tenía sus propios umbrales, dentro de los cuales la naturaleza había estado “fluctuando” durante miles de años. Cruzar estos "umbrales" o "límites planetarios" causaría una alteración impredecible e irrevocable para la vida silvestre y para los humanos.

Estos nueve grupos fueron el clima, la tasa de pérdida de biodiversidad, los ciclos de nitrógeno y fósforo, la disminución de la capa de ozono, la acidificación de los océanos, el agua dulce, la pérdida de tierras agrícolas, la contaminación química y el aumento de partículas finas en el aire.

Ya en 2009, estos investigadores estimaron que se habían superado tres de los ocho umbrales. En la nueva actualización, firmada por unos cuarenta investigadores, incluidos Rockström y varios de sus colegas de 2009, de los ocho "límites" ahora se han superado siete.

Pero lo que añaden en esta última actualización es el costo que tiene para los más vulnerables entre los 8 mil millones de humanos. O más precisamente los límites de la “injusticia” en el uso de los recursos de la tierra: 200 millones de humanos estarán expuestos a aumentos de temperatura sin precedentes; 500 millones estarán expuestos a aumentos sostenidos en los niveles de agua.

Proteger la Tierra

El artículo de 2009, señala un editorial en la última edición de Nature, “había sido extraordinariamente influyente en un período de tiempo relativamente corto. Ciudades de todo el mundo habían comenzado a experimentar formas en las que podían aplicar "el concepto, abordando lo que estaba a su alcance: proteger la tierra y las aguas subterráneas y superficiales, limitar los fertilizantes, etc.

Desde entonces, otros investigadores han propuesto mejoras al modelo, y es en base a una de estas propuestas, aparecida el pasado mes de marzo, que la actualización añade esta idea de insertar un cálculo sobre el uso “justo” y “equitativo” de los recursos planetarios.

Es en esta lógica de justicia o equidad que los cuarenta investigadores defienden notablemente la idea de que el calentamiento global debería apuntar a un aumento máximo de un grado (respecto al nivel anterior a la Revolución Industrial del siglo XIX), en lugar de un grado y medio —como estipula el Acuerdo de París—o dos grados—como hablábamos antes del Acuerdo de París.

En sus cálculos, un grado y medio permitirá a las personas más ricas del planeta protegerse de los daños más graves, pero no a los más vulnerables, como estos 200 millones de personas expuestas a temperaturas sin precedentes.

Justicia y equidad

El mismo razonamiento se aplica al acceso futuro de la población mundial al agua potable, los alimentos o la energía.

El editorial de la revista Nature recuerda que ya, poco después del artículo de 2009, se había sumado “la justicia y la equidad” a las negociaciones internacionales “que habían desembocado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, anunciados en 2015”.

Los economistas también han retomado la idea y su trabajo ha impulsado esta última actualización. Este es, además, un ejemplo de lo que demandan los defensores de la multidisciplinariedad —cuando varias disciplinas académicas, de diferentes formaciones, ponen en común sus conocimientos— y es quizás a través de estas diferentes perspectivas, concluye el editorial, que surgirán posibles soluciones a la crisis climática.

Referencias

Safe and just Earth system boundaries. Johan Rockström et al. Nature (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-023-06083-8

Why ideas of ‘planetary boundaries’ must uphold environmental justice. Editorial. Nature 618, 7 (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/d41586-023-01749-9

How to define unjust planetary change. Stephen Humphreys. Nature (2023) DOI:https://doi.org/10.1038/d41586-023-01743-1

A safe operating space for humanity. Johan Rockström et al. Nature, volume 461, pages472–475 (2009). DOI: https://doi.org/10.1038/461472a