Un nuevo marco para el estudio de planetas fuera del Sistema Solar podría ayudar al Telescopio James Webb a buscar mundos alienígenas capaces de albergar seres humanos: permitirá estudiar las atmósferas de planetas distantes e identificar los que son aptos para la vida humana, sin tener que visitarlos físicamente.

Un nuevo estudio internacional, liderado por la Universidad Hebrea de Jerusalén (HU), en Israel, ha permitido desarrollar un nuevo método para evaluar las condiciones atmosféricas y las variaciones en el clima en exoplanetas similares a la Tierra y potencialmente habitables. La técnica puede aprovechar las ventajas tecnológicas de los instrumentos de observación astronómica más avanzados, como el Telescopio Espacial James Webb de la NASA, para evaluar las condiciones de los mundos extrasolares sin tener que esperar a misiones que los visiten.

La atmósfera y el clima de TRAPPIST-1e

La investigación, conducida por el Dr. Assaf Hochman, que fue publicada recientemente en la revista The Astrophysical Journal, ha desarrollado con éxito un marco para estudiar las atmósferas de planetas distantes e identificar los potencialmente habitables, o que incluso podrían albergar algún tipo de vida extraterrestre. Según una nota de prensa, la investigación se centró en TRAPPIST-1e, un planeta ubicado a unos 40 años luz de la Tierra y que será uno de los próximos objetivos del Telescopio James Webb, con un análisis detallado en 2023.

TRAPPIST-1e es uno de los siete mundos del sistema TRAPPIST-1, dominado por una estrella enana M relativamente fría. Se cree que todos estos planetas extrasolares son mundos rocosos o terrestres de tamaños similares a la Tierra: debido a esto, el sistema TRAPPIST-1 se ha convertido en un objetivo prioritario para la búsqueda de vida en otras partes del Universo. Particularmente, TRAPPIST-1e es considerado uno de los exoplanetas con mayores posibilidades de ser habitado por el ser humano jamás descubiertos.

Los científicos de HU observaron la sensibilidad del clima del planeta al aumento de los gases de efecto invernadero y lo compararon con las condiciones de la Tierra. Empleando una simulación por ordenador del clima en TRAPPIST-1e, lograron evaluar el impacto de los cambios en la concentración de gases de efecto invernadero, entre otras variables.

La vida en otros mundos y el futuro de la Tierra

El estudio analizó el efecto de un aumento en el dióxido de carbono en condiciones climáticas extremas y en la tasa de cambios en el clima en el planeta. Según los investigadores, estas dos variables son cruciales para la existencia de vida en otros planetas y se están estudiando en profundidad por primera vez en la historia.

Además, los científicos descubrieron que el planeta TRAPPIST-1e tiene una atmósfera significativamente más sensible que el planeta Tierra. De esta manera, un aumento de los gases de efecto invernadero en ese contexto podría conducir a cambios climáticos más extremos de los que se experimentan actualmente en la Tierra.

Los especialistas creen que el marco de investigación desarrollado, junto con los datos de observación del Telescopio Espacial Webb, permitirá a los científicos evaluar de manera eficiente las atmósferas de muchos otros planetas sin tener que enviar una tripulación espacial para visitarlos físicamente. Esto permitirá tomar decisiones en el futuro basadas en datos reales, en torno a qué planetas son los mejores candidatos para el establecimiento de colonias humanas y quizás para descubrir formas de vida extraterrestres

Al mismo tiempo, estudiar la variabilidad climática de los exoplanetas similares a la Tierra proporciona una mejor comprensión de los cambios climáticos que se viven actualmente en la Tierra. Además, este tipo de investigaciones marcan una nueva comprensión de cómo podría cambiar la atmósfera del planeta Tierra en el futuro.

Referencia

Greater Climate Sensitivity and Variability on TRAPPIST-1e than Earth. Assaf Hochman et al. The Astrophysical Journal (2022). DOI:https://doi.org/10.3847/1538-4357/ac866f