El Futuro Es Ahora (8)

La economía de la imaginación nos pone a las puertas de un nuevo nivel de civilización

La IA permitirá una creatividad personalizada y nos liberará de la necesidad de poner comida en la mesa

La Inteligencia Artificial, vector tecnológico de la humanidad.

La Inteligencia Artificial, vector tecnológico de la humanidad. / Gerd Altmann en Pixabay.

Miguel Ormaetxea Arroyo

Gracias a la Inteligencia Artificial, estamos a las puertas de un cambio sísmico en la forma en que se generarán contenidos. Nos convertirá en las musas de máquinas sin consciencia para crear libros, películas, videojuegos y obras de arte, centrándonos únicamente en lo verdaderamente significativo.

Venimos diciendo que la aplicación de IA a cualquier negocio tiene un enorme potencial de generar riqueza. Las nuevas herramientas se están poniendo en el mercado con una rapidez que pocos han previsto.

La ChatGPT de OpenAI, el DeepDream o Midjouney de Google, o Lex, un asistente de escritura con IA, o NDA Lynn, abogado de aprendizaje automático, y Automating KYC, detector de fraudes, etc., son solo ejemplos y están al principio del machine learning.

Las consecuencias son bastantes imprevisibles. Pero hay expertos que nos señalan el camino. Por ejemplo, Ryder Carroll, el autor especializado en productos digitales más leído en el NYT y Medium, nos advierte que estamos al comienzo de un cambio sísmico en la forma en que se creará contenido.

Giro copernicano

Esto supone un giro copernicano que afectará a un enorme número de sectores, desde la producción de contenidos audiovisuales hasta el arte.

No habrá necesidad de contenidos creados por humanos, porque el software nos lo va a proporcionar de una manera brutalmente distinta.

Eso no significa que los humanos no serán necesarios, antes, al contrario, seremos las musas de las máquinas, que, en principio, no tienen consciencia.

Estamos hablando de crear libros de todo tipo, programas de TV, películas, videojuegos, arte en todas sus facetas, diseñado específicamente para usted.

Ante horizontes insospechados de creatividad.

Ante horizontes insospechados de creatividad. / Tumisu en Pixabay.

Hechizo tecnológico

La IA conocerá al dedillo y al instante sus gustos y sus reacciones ante lo que le ofrecen, manteniéndote atento durante horas y horas, con una fascinación indita, permitiéndote cambiar el contenido a tu gusto.

¿Quieres un cambio en el guion, en los personajes, en el escenario? Serás complacido al instante y este nuevo poder te dejará hechizado y te abrirá un horizonte de tu propia creatividad que ni tan siquiera sospechabas.

Profesor privado con poder

La IA tiene a su disposición tus redes sociales, tus correos, tus textos, tus imágenes, toda tu historia, tu estado de ánimo, hasta sus signos vitales. No será un robo de datos, tú se lo habrás permitido.

Como tendrá toda tu historia, podrás evocar tu pasado, tus fotos antiguas, tus trabajos, tus grabaciones, etc. Incluso podrás evocar personas queridas que se fueron con avatares de enorme realidad. Ya tenemos avatares digitales que son estrellas del pop, con millones de seguidores, como por ejemplo, Hatsune Miku.

Nuestra creatividad y nuestra imaginación son ahora el producto de esta nueva y radical economía. Se creará un mercado global de creatividad y aprendizaje. Y cada uno de nosotros tendrá un profesor privado con inmenso poder.

Pozo de saber del conocimiento humano.

Pozo de saber del conocimiento humano. / Gerd Altmann en Pixabay.

El lado oscuro

Toda tecnología de vanguardia tiene su vertiente peligrosa y esta nueva opción radical tiene peligros a su altura. Deberán crearse organismo y métodos de control de la Inteligencia Artificial.

Puede resolver nuestros problemas más complicados o puede decidir que el problema somos nosotros. Necesitamos nuevos estándares de ética y moralidad digital. Y rigurosos sistemas de control tecnológico, para garantizar que la IA está alineada con los objetivos y valores humanos.

Pero podemos decir que esto no creará necesariamente una burbuja de conocimiento en circuito cerrado. Todo lo contrario, dice Ryder Carroll.

Nuestra IA personalizada tiene a su disposición todo el pozo del saber humano para ofrecernos una serie de variadas recetas, pues sabe muy bien que la ideología autoalimentada, como lo que hoy generan con demasiada frecuencia las redes sociales y las plataformas tecnológicas, son un empobrecimiento patético.

Fantástico universo

A las personas creativas, a los artistas, se les abre todo un fantástico universo inimaginable de posibilidades y mundos, con golems digitales como compañeros de apoyo.

Los humanos tenemos consciencia, sentimientos y emociones. Y pronto tendremos la capacidad de expresarnos plenamente, no estaremos constreñidos con la apremiante necesidad de ganar dinero, de sobrevivir, de poner comida en la mesa, como le ha pasado al Homo Sapiens en los últimos 40.000 años. Tendremos la increíble oportunidad de descubrir lo que es verdaderamente significativo.

La doliente raza humana tendrá la oportunidad de acceder al siguiente nivel de civilización, dando forma a su subconsciente de una manera que se vuelve similar a una red neuronal compleja.

La diversidad, la libertad, la movilidad, las posibilidades de autodesarrollo, asociaciones de diferentes formas, no tendrán límite. Y el espacio...