El Futuro Es Ahora (11)

Aumentan las señales de un planeta exhausto y sin repuesto

Hay varios elefantes en la habitación que nos están pateando el suelo: algunos pueden ser microscópicos, de los que no sabemos casi nada

Necesitamos otro planeta, pero no lo tenemos.

Necesitamos otro planeta, pero no lo tenemos. / Alem Coksa en Pixabay.

Miguel Ormaetxea Arroyo

Dentro de unos pocos años podemos enfrentarnos a mil millones de desplazados por el calentamiento global buscando un lugar seguro. La biodiversidad está perdiendo entre 300 y 500 especies al día. Necesitamos otro planeta para mantener el ritmo, pero estamos atrapados en procesos naturales y socioecológicos que llevan a la pérdida de libertad, flexibilidad y creatividad política.

Siempre he tenido gran interés por el medio ambiente, especialmente desde que muy joven leí el libro de Rachel Carson “Primavera silenciosa” publicado en 1962. La idea de que los cantos de los pájaros y el zumbido de los insectos se apagara en la bulliciosa primavera me llamó mucho la atención. Denunciaba los letales efectos del pesticida DDT, muy popular y ensalzado por haber permitido un gran crecimiento de las cosechas y acabar con plagas de malignos mosquitos. Carson fue ridiculizada y amenazada y moriría pocos años después, con apenas 56 años. Hoy, con sesenta años de perspectiva, sabemos que es uno de los libros más influyentes del siglo XX. Pero sabemos algunas cosas más: por ejemplo, que es muy difícil ir en contra de las ideas establecidas, especialmente cuando están respaldadas por intereses muy poderosos.

Internet no humano

El DDT se prohibió en EEUU once años más tarde de la publicación del libro y muchos países siguieron la pauta prohibitiva. Las evidencias contra el pesticida eran abrumadoras. Pero hoy en día, muchas décadas más tarde, se sigue utilizando en varios países asiáticos y en la propia China. Y sigue matando, contra toda lógica.

Hay muchos aspectos a tratar en este tema. Uno de ellos está muy ligado a mi profesión periodística, en la que llevo 45 años. Los medios de comunicación atraviesan una situación caótica, la desinformación alcanza cotos sin precedentes y el sueño de Tim Berners-Lee, que se lanzó hace 30 años, naufraga en una pesadilla de secesiones, censuras nacionalistas y utilizaciones interesadas. Ya no será “El libro de Todos los Libros”. El presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete, acaba de publicar que el 40% de todo lo que circula por Internet no es humano. Mal vamos.

Pero volvamos al clima. Dejando a un lado a los negacionistas recalcitrantes y terraplanistas varios, la “verdad” establecida es que la actividad humana es la causante del cada vez más evidente calentamiento del planeta, producto del “nefasto” CO2 producido, por lo que hay que abandonar los combustibles fósiles, plantar más árboles y pasarnos al coche eléctrico. Todo ese está bien, pero es una pequeña fracción de lo que en realidad está pasando.

El planeta está siendo víctima de nuestras acciones.

El planeta está siendo víctima de nuestras acciones. / Jeyaratnam Caniceus en Pixabay.

Elefantes en la habitación

Y está pasando que hay no uno, sino varios elefantes en la habitación, que nos están pateando el suelo, que algunos pueden ser microscópicos, de los que no sabemos casi nada y nos queda poco tiempo para averiguarlo.

He ido recogiendo algunos datos y avisos de las últimas semanas, en general poco atendidos por la llamada opinión pública, esa que abre los telediarios. Solo voy a mencionar de pasada algunos. En su conjunto, con muchas más, nos gritan que el planeta, el único que nos acoge, está en una situación muy delicada, abocado a una crisis bíblica. Que en pocos años podemos enfrentarnos a algo así como mil millones de desplazados por el calentamiento y la subida de los océanos, huyendo despavoridos hacia lugares más seguros y no habrá fronteras que los detengan. Hay estamos tan solo en unos 350 millones de desplazados por el clima. Se puede manejar, y los políticos se centran en ganar elecciones. El tema no da votos.

Otro planeta

Ahora mismo, necesitaríamos casi otro planeta para mantener el brutal nivel de explotación al que sometemos a la Tierra. La guerra de Ucrania ha acentuado la crisis de materias primas y productos alimenticios. Ya hay 828 millones de personas que pasan hambre y su número se ha incrementado en 150 millones más desde el comienzo de la pandemia. Un largo informe que acaba de publicar el prestigioso medio digital Aeon, firmado por los profesores Sven Beckert y Ulbe Bosma, alerta de esta importantísima realidad.

Quemamos cien millones de barriles de petróleo cada día. Varios informes científicos coinciden en estimar que mantener el actual nivel de explotación de los recursos naturales requeriría casi el doble del tamaño de la Tierra.

Entre 1960 y 2008, la superficie cultivada mundial de caña de azúcar se triplicó, la de soja 3,5 veces, la de aceite de palma más de cuatro veces, nos advierten los profesores Beckert y Bosma. Solo para la soja, se estima que se talaron 100.000 hectáreas de selva tropical en los últimos diez años. En Sumatra y Kalimantan, se talan anualmente 250.000 hectáreas de selva tropical solo para la producción de aceite de palma, el más perjudicial.

¿Atrapados?

Literalmente es así, como pone en evidencia otro libro: En The Dawn of Everything: A New History of Humanity (2021), en el que el antropólogo David Graeber y el arqueólogo David Wengrow preguntan "¿Cómo nos quedamos atascados?"

Describen las formas en que la vida humana se enredó con la dominación y las élites gobernantes a través de la competencia carismática y el control sobre la violencia y la información. Su libro señala los procesos a largo plazo, a menudo imperceptibles, a través de los cuales la humanidad quedó atrapada en procesos naturales y socioecológicos que llevaron a la pérdida de libertad, flexibilidad y creatividad política.

Especies hiperdomesticadas han sido sacadas de sus contextos originales y ahora, por ejemplo, los mamíferos de matanza superan a los mamíferos salvajes por un factor de 15 a uno. Hemos quedado atrapados en un aparato productivo de alta fecundidad que es una trampa envenenada, insostenible incluso a corto plazo. Ya hemos pisado la línea roja.

Las viviendas humanas deben evolucionar ante los cambios que se avecinan,

Las viviendas humanas deben evolucionar ante los cambios que se avecinan, / Alem Coksa en Pixabay.

Señales

Veamos algunas señales:

-El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, aprovechó su intervención en el último Consejo de Seguridad para advertir de las graves amenazas para la paz de la subida del nivel del mar y el calentamiento global. Informó de que, según los últimos informes científicos de que dispone, aunque se lograse contener el aumento de la temperatura media global en 1,5 grados para finales de siglo, el aumento del nivel del mar tendría graves consecuencias para buena parte de los países costeros y los Estados insulares. Si el aumento alcanzase los dos grados, las consecuencias serían totalmente catastróficas. Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) no solo no han disminuido, sino que aumentaron el año pasado el 1%. Se mencionan como especialmente amenazados a Bangladés, China, La India o Países Bajos. Podría producirse un “éxodo masivo de poblaciones enteras a escala bíblica”. Guterres dijo que es necesario habilitar un nuevo marco jurídico que contemple la figura del “refugiado climático”.

-Tuvalu ha denunciado la inminente desaparición de su país, según Reuters.

-El deshielo se está acelerando. Dos nuevos estudios publicados en la revista “Nature” confirman el retroceso del glaciar Thwaities (192.000 km2) en la Antártida Occidental. Tiene el tamaño de Gran Bretaña.

Refugiados climáticos

-Al Gore dijo recientemente en Davos que habrá mil millones de refugiados climáticos para finales de siglo. El signo más extremo del actual fracaso de la lucha contra el calentamiento, dijo, es el nombramiento del jefe de la petrolera de Emiratos Árabes Unidos como presidente de la COP28, la próxima conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático, que se realizará en diciembre.

-Se acaba de dar a conocer un estudio realizados por investigadores de Corea del Sur, en alianza con científicos de EEUU, en el que se concluye que el derretimiento de la capa de hielo en Antártida y Groenlandia llevaría a incrementar el nivel del mar en medio metro para el 2050. Ya se han perdido más de 500.000 millones de toneladas anuales desde el año 2000, el equivalente a derramar seis piscinas olímpicas cada segundo.

-Al menos el 85% de la población mundial ha experimentado fenómenos meteorológicos extremos, según una investigación publicada en la revista “Nature Climate Change”. Más de dos millones de personas han sido recientemente desplazadas de sus hogares en China debido a inundaciones relacionadas con el clima.

Hongos peligrosos

-El “Wall Street Journal” informa que debido al aumento de las temperaturas en el planeta, los hongos se están adaptando al estrés del calor. “Existe una posibilidad real de que ciertos hongos que antes eran inofensivos se conviertan repentinamente en patógenos potenciales”, dijo al WSJ el especialista en enfermedades infecciosas Peter Pappas de la Universidad de Alabama. La cifra de muertos debido a infecciones fúngicas se ha disparado en EEUU.

-En Australia el cambio climático ha entrado en el debate político principal. Los candidatos políticos declaran sus posturas climáticas y la gente vota en función de esas políticas. El clima es la base de las campañas. Se pone de relieve que se ha demostrado que, si todas las personas de EEUU dejaran de usar cualquier cosa relacionada con los combustibles fósiles y vivieran vidas puramente ecocéntricas, solo reducirán sus emisiones de CO2 en un 22%. Australia se ha convertido en el país más adelantado del mundo en el debate sobre el calentamiento global.

“Very Large Structure” de Manuel Domínguez, fruto de su proyecto de fin de carrera en la ETSA Madrid, propone una ciudad nómada que puede moverse sobre orugas hacia lugares donde abundan el trabajo y los recursos.

“Very Large Structure” de Manuel Domínguez, fruto de su proyecto de fin de carrera en la ETSA Madrid, propone una ciudad nómada que puede moverse sobre orugas hacia lugares donde abundan el trabajo y los recursos. / Manuel Domínguez.

Ciudades móviles

-Astro Teller, director de Google X Lab, afirma que vamos a necesitar “ciudades móviles” para hacer frente a los efectos del clima. Construcciones resistentes impresas en 3D podrían ser de mucha utilidad. En EEUU y en México se están construyendo comunidades enteras de casas impresas en 3D. De manera similar, Boklok produce casas diseñadas y construidas por Skansa y vendidas en Ikea. Según UN Habitat, al menos 3.000 millones de personas requerirán viviendas resistentes para fines de esta década. Hay que trasladar a ciertas poblaciones a lugares menos dañados por el calentamiento global.

-En el último número de “The Economist” se publica un largo informe sobre el declive del automóvil de uso privado, que ha sido básico en nuestras sociedades. Los jóvenes no se sacan el carnet de conducir. Es tendencia en EEUU y Gran Bretaña. Muchos jóvenes activistas comienzan a hacer campaña contra el desarrollo centrado en los coches, para frenar el calentamiento global. Las ciudades en Europa comienzan a introducir “vecindarios de poco tráfico” bloqueando las calles. Oslo ha eliminado casi todos los espacios de estacionamiento en el centro de la ciudad.