Geociencias

Sin tectónica de placas no existiría la vida compleja en el universo

Este descubrimiento reduce las posibilidades de que existan otras civilizaciones y resuelve la paradoja de Fermi

La tectónica de placas es fundamental para la vida compleja.

La tectónica de placas es fundamental para la vida compleja. / 愚木混株 cdd20 en Unsplash.

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe

Sin tectónica de placas no hay posibilidad de que la vida compleja se desarrolle en ningún otro lugar del universo, lo que explica la paradoja de Fermi: menos del 1 por ciento de los cuerpos celestes conocidos reúnen los requisitos para el desarrollo de una civilización capaz de comunicarse con nosotros.

Una sorpresa mayúscula ha saltado en la asamblea de la Unión Europea de Geociencias, que se desarrolla estos días en Viena.

Taras Gerya, geólogo del EHT Zúrich, y Robert Stern, de la Universidad de Texas en Dallas, han presentado una ponencia que resuelve la famosa paradoja de Fermi.

Esta paradoja, surgida en 1950 de la mano del físico italiano Enrico Fermi, señala la contradicción de que no haya indicios de otras civilizaciones en el universo, a pesar de que hay unas cien mil millones de galaxias que contienen cada una unos 100.000 millones de estrellas y al menos un planeta por cada estrella.

¿Dónde está todo el mundo?, se preguntaba Fermi. La paradoja se acentúa porque un reciente estudio ha calculado que solo en la Vía Láctea podría haber más de 30 civilizaciones inteligentes activas. Pero es solo una suposición.

Placas tectónicas

Gerya y Stern señalan en su ponencia que la paradoja puede explicarse reconociendo que es probable que la vida compleja avanzada solo se desarrolle en una fracción muy pequeña de planetas con posibilidad de albergar vida.

Consideran que el desarrollo de la vida primitiva requiere océanos y continentes significativos, como es bien sabido, pero que si la vida ha de hacerse compleja necesita a las placas tectónicas.

La tectónica de placas proporciona ambientes que cambian continuamente y estimulan las especies. Por lo tanto, fomenta la biodiversidad a un ritmo lento que la evolución puede seguir, plantean en su ponencia.

Es un proceso que ayuda a la evolución de la vida compleja porque los desafíos de los entornos terrestres más hostiles son necesarios para avanzar en las innovaciones evolutivas.

Además, si hay cambios de placas en un planeta, esto también reduce las erupciones volcánicas extremas, que pueden acabar con la vida compleja, ya que la presión interna de un cuerpo celeste puede liberarse de manera más continua en los puntos de fractura entre las placas.

Entorno geológico favorable

Gerya y Stern destacan, además, que las aguas continentales, como los ríos, lagos, llanuras inundadas, reservas, humedales y sistemas salinos del interior, que están anclados en las placas tectónicas, se formaron muy recientemente en la Tierra y aceleraron la evolución de la vida compleja de cinco maneras.

En primer lugar, aumentando el suministro de nutrientes. En segundo lugar, incrementando el oxígeno libre en la atmósfera y el océano. En tercer lugar, mejorando el clima. En cuarto lugar, formando los hábitats y, por último, consiguiendo y manteniendo una presión ambiental sostenida y moderada.

La probabilidad, por tanto, de que exista un planeta que reúna todas estas condiciones en el entorno de nuestro sistema solar es bastante escasa, sobre todo teniendo en cuenta que además debe estar a la distancia adecuada de su estrella para considerarlo habitable.

Gerya calcula que la posibilidad de que ese exoplaneta exista es de menos del uno por ciento, incluso si nos referimos únicamente a un hipotético grupo de planetas que ya albergara al menos vida primitiva.

Poco probable

La ausencia de factores comparables a los de nuestro planeta en otros ambientes tectónicos globales característicos de cuerpos celestes como Marte, Venus, Mercurio, la Luna, ó Io (la luna de Júpiter), hace que la emergencia de vida compleja, inteligente y tecnológica en tales cuerpos sea poco probable, enfatizan los investigadores.

Por lo tanto, la paradoja de Fermi puede resolverse si se suman dos términos a la ecuación: la fracción de exoplanetas con continentes y océanos significativos; y la fracción de planetas habitables que hayan tenido placas tectónicas operando al menos durante 500 millones de años.

En consecuencia, se puede suponer que solo unos pocos planetas ofrecen las condiciones necesarias para la vida compleja que se hayan prolongado durante largos períodos de tiempo.

Además, si pretendemos comunicarnos con alguien más allá de la Tierra, como planteaba Fermi, esa supuesta civilización tendría que haber desarrollado una tecnología de las telecomunicaciones por radio próxima a la nuestra.

Son demasiados requisitos para pensar que, si tuvo alguna oportunidad, la vida compleja en otros planetas terminara cuajando y adquiriendo la capacidad de hacer amigos en otros lugares del universo. "Desde esa perspectiva, estamos condenados a estar solos", señala Gerya.

Referencia

The Key Role of Plate Tectonics for Accelerating the Evolution of Complex Life: Quest for the Missing Extraterrestrial Civilizations. Gerya, T. and Stern, R.  EGU General Assembly 2023, Vienna, Austria, 24–28 Apr 2023, EGU23-4382. DOI:https://doi.org/10.5194/egusphere-egu23-4382, 2023.

TEMAS