Anna destaca por el susurro del agua que atraviesa un casco urbano, emergiendo a cada paso y diseñando parajes naturales de gran belleza.

El Patrimonio Natural de Anna es amplio y diverso, ya que las corrientes de agua han configurado parajes de gran encanto, como el Lago de la Albufera, del que emergen múltiples manantiales que dejan, en el centro, una isla en la que habitan garzas, patos y ocas; la Fuente de Marzo, pequeño lago arropado por robustas rocas grisáceas en el que poder tomar el baño o practicar la pesca; o el nacimiento de la Fuente Negra, un manantial que conforma un riachuelo de singular encanto.

Además, la riqueza de parajes naturales permite la práctica del senderismo a través de varias rutas que parten de la Albufera y recorren los Gorgos y demás lugares de interés paisajístico.

Aunque la esencia del pueblo es naturaleza, Anna también ofrece al visitante un patrimonio arquitectónico de gran belleza, desde su Castillo-Palacio hasta sus edificios religiosos, pasando por su arqueología industrial y su arquitectura popular.