Al sur de València capital, todavía en l’Horta Sud, la ciudad de Silla se erige en una gran puerta abierta al Parc Natural de l’Albufera. Su término municipal alterna grandes extensiones dedicadas al uso agrícola, sobre todo en su parte este, que da al lago, con un casco urbano cuyo origen se encuentra ligado a su pasado romano en torno a la Vía Augusta. Y en esa variedad paisajística resalta, entre todo, el Port de Silla, en un enclave que llega a su punto más álgido de bucolismo cuando se despliegan las velas latinas de las embarcaciones que habitualmente allí descansan.

Silla se encuentra completamente unida a l’Albufera. De hecho, gran parte de su término municipal permanece protegido dentro de los límites de su parque natural. Allí yace una zona de marjal en la que se pueden encontrar diferentes edificaciones de uso agrícola como motores de regadío, molinos o casetas de campesinos, que recuerdan el pasado, y también presente, agrícola de la ciudad. El Molí de les Xiques, el Molí del Ratat, el Mas de l’Algudor y el Mas de Baix todavía se mantienen en pie como testigos de la pujanza agraria de Silla, que permanece hoy en día con el cultivo de alcachofas, naranjas o arroz, entre otros.

L’Albufera, además, siempre ha representado una fuente de riqueza para Silla, que se palpa, sobre todo, en el Port. Se trata del lugar más concurrido para acceder al parque natural. Allí se encuentran las barracas de la Cofradía de Pescadores, el hangar del Club de Piragüismo y las tradicionales velas latinas que surcan las aguas dulces del lago gracias, sobre todo, a las asociaciones que siguen luchando por mantener este estilo de navegación tradicional.

Por otra parte, el casco urbano de Silla alberga, entre otros espacios culturales, el Museu d’Història i Arqueologia (MARS). Allí se muestra de forma didáctica a los visitantes los restos recuperados en los yacimientos del término y el entorno de la Torre, cuando Silla era una villa romana transformada posteriormente en una alquería islámica. Este museo se encuentra en el mismo edificio consistorial y la colección se distribuye entre la Torre y la sala anexa, en los que, además, se programan actividades culturales complementarias.

El origen de la ciudad data de entre los siglos I y II d.C., cuando se establecieron allí diversos asentamientos romanos. No obstante, el edificio probablemente más emblemático de la ciudad es la torre musulmana, que data de la época islámica del municipio.

También destaca la iglesia, inaugurada en el año 1764, cuando sustituyó al templo medieval que ante se ubicaba sobre el mismo lugar. Mezcla estilos clásicos y barrocos, y en ella se conservan diversas pinturas de Vicent López, así como el Crist de Silla.

Otro elemento fundamental en Silla es su tradición festiva. El Dia del Crist, que se celebra cada 6 de agosto dentro de las fiestas de ese mismo mes, ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico por su singularidad y riqueza plástica. Especial mención dentro de esa jornada debe recibir la Dansa dels Porrots, una coreografía con connotaciones guerreras que escenifican tres colles de chicas y chicos por las calles de la localidad.

Mientras, en enero se celebra la Fira de Sant Sebastià, en la que la población sale a las calles para disfrutar de una muestra de productos alimentarios, utensilios y otros enseres para dinamizar el comercio local.