Entre los productos más conocidos y populares de Catí sobresale por encima de todos l’Aigua de l’Avellà, un manantial de contrastado prestigio que ya era apreciado por los árabes.

Sus aguas cristalinas poseen propiedades curativas para la piel y el riñón. El responsable de la gestión y comercialización del agua es el Ayuntamiento de Catí y se encargan de la distribución los transportistas del pueblo.

El agua fue declarada de utilidad pública por Decreto Ley de 25-04-1928 y se anuncia como digestónica y diurética, indicada contra eccemas y litiasis renal. La tradición sobre la bondad de estas aguas se remonta a siglos.

Ya en 1607, fray Blas Verdú escribió la obra Aguas potables y milagrosas de Nuestra Señora de l’Avellà. Este agua de Catí comenzó a comercializarse a partir de la declaración como agua de utilidad pública.

Antes de construirse la carretera y el túnel, el agua era transportada en burros y matxos. La construcción de la carretera por parte de la Diputación Provincial de Castelló y, sobre todo, del túnel de l’Avellà (1953) permitió el acceso de vehículos al Balneario empezando a transportarse el agua en camiones, principalmente por las familias Mateu y Canyamelo.

Iba destinada especialmente a Barcelona y Tarragona, además de Castelló y a València.

Transporte de agua de l’Avellà. Eladio Mateu

El primer depósito para envasar agua se construyó a la izquierda del portal de entrada a la plazoleta. En el reducido espacio que quedaba entre la Casa de Baños, la ermita, el almacén y el muro a duras penas podían entrar los camiones para cargar las garrafas de agua.

Durante la segunda mitad del siglo XX se reconvirtió en un pequeño almacén. Con la reciente remodelación del Balneario (2010) fue derrocado. Para construir este depósito arrancaron un avellano al que algunos atribuyen el origen del nombre avellà.

Con la prohibición de comercializar el agua con garrafas, el Ayuntamiento de Catí se vio obligado a construir la embotelladora. El día 22 de marzo de 1973 se procedió a la inauguración de la primitiva embotelladora de envasados de vidrio.

Estos tenían el inconveniente que necesitaban de una cuidadosa limpieza previa al envasado consumiéndose mucho tiempo y gran parte de la escasa cantidad de agua disponible del colmillo.

También, al ser los envasados retornables, requerían de un trabajo organizativo extra para su recuperación después de ser consumida el agua.

Tan pronto como se pudo, la embotelladora se reconvirtió del vidrio al plástico. No se necesitaba ya limpiar previamente los envasados, puesto que estos venían esterilizados de fábrica y tampoco tenía el Ayuntamiento la obligación de recuperar los envasados, puesto que estos eran rechazables.

El agua se envasaba en botellas de dos litros y de medio litro, respectivamente.

Durante aproximadamente dos décadas, las ventas de agua de l’Avellà aumentaron en progresión geométrica con los consecuentes beneficios para el pueblo de Catí.

Durante los meses de julio y agosto se hacían diariamente dos turnos de embotellado. Con el dinero del agua se organizaban todas las actividades municipales de las fiestas de agosto y todavía sobraba para engrosar las arcas municipales.

El 8 de julio de 1981, con Eugenio Puig de alcalde, se procedió a la ampliación de la embotelladora.

Mejoras sucesivas

En el año 2004 se decidió adaptar las nuevas instalaciones de embotellado a las exigencias sanitarias y de mercado de la actualidad. También el cambio de la botella de plástico de dos litros, que había quedado con el tiempo desfasada, por una botella de 1,5 litros con un estilo más modernista.

Asimism,o se conservaba la botella de medio de litro pero con un diseño similar a la de la botella de 1,5 litros.

El año 2009, coincidiendo con la campaña de promoción de aguas de Castelló de la Diputación Provincial, se procedió a sustituir nuevamente el diseño de la botella de 1,5 litros.

El nuevo envasado, de un diseño más atractivo que el existente, cumple con las nuevas exigencias físico-químicas y microbiológicas exigidas por la reglamentación técnico-sanitarias sobre bebidas envasadas y la nueva normativa sobre reciclabilidad, puesto que está hecho con un material más ecológico.

El envasado ya existente de medio litro se mantiene en cuanto a su contenido e incorpora el mismo estilo y exigencias que el envasado de 1,5 litros.

Centro de interpretación

El Centro de Interpretación del Agua de l’Avellà pone en valor la importancia del líquido elemento para el ecosistema de Catí, sin duda su principal recurso natural.

Además, este museo descubre la legendaria historia de la fuente que era ya conocida por los musulmanes. El agua que brota de un manantial de roca calcárea, donde la tradición oral sitúa la milagrosa aparición de la Mare de Déu de l’Avellà, fue declarada de utilidad pública en 1928 y posee grandes propiedades para el organismo.