Carcaixent, situada en la Ribera Alta, es de visita obligada para ver los numerosos atractivos turísticos que tiene. Por ejemplo, la ermita de San Roque de Ternils. Se trata del edificio más antiguo que se conserva en el municipio (siglo XIII) declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional. No debemos perdernos la Iglesia Parroquial de San Bartolomé de Cogullada, declarada Monumento Histórico-Artístico; el Parque del Bicentanario, con estructuras arquitéctonicas y vegetales, Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, el Palau de Montortal; el Ayuntamiento, edificio de 1847, el Magatzem de José Ribera, la Parroquia de San Francisco y el Monasterio de Aguas Vivas. A la riqueza patrimonial y arquitectónica, hay que añadir numerosos parajes naturales de interés como la fuente Falzia o la fuente de la Parra, que dispone de zona de acampada.

Carcaixent también ofrece dos rutas turísticas: la ruta dels Horts y el Camí de Llevant. La primera descubre los tesoros más preciados de la Ribera visitando algunas de las huertas más emblemáticas del termino del municipio: el Hort de Sant Vicent, el Hort del Realenc, el Hort de l’Ermita y el Hort de Soriano. La ruta Camí de Llevant te llevará hasta la Edad Media con Jaume I, los caballeros medievales y los peregrinos que iban a Santiago. Pero sin duda, si por algo es conocido Carcaixent, es por ser la cuna de la naranja. Aquí fue donde se plantó el primer naranjo para su comercialización, gracias a la iniciativa del párroco Monzó a finales del S.XVIII. La visión de futuro de este hombre permitió que la Comunitat Valenciana desarrollase una de las actividades económicas que ha sido fundamental para su riqueza y desarrollo hasta nuestros días.