Entre la Valldigna y la huerta de Gandia y cerrando la marjal de Xeraco-Xeresa, se levanta este macizo litoral cuya altura y silueta destaca sobre el golfo de Valencia. La cima principal corresponde al Mondúver (841 m), seguida de otras subordinadas (El Toro, 607 m; el Picaio-Aldaia, 728 y 734 m; la Falconera 495 m, etc.). Mientras las "faldas meridionales (del macizo) se pierden en la huerta de Gandía", las laderas septentrionales se vinculan a la Valldigna. En el núcleo del macizo, se halla el Pla de Barx-La Drova enmarcado por el Picaio, la sierra del Toro, Penyalba y el propio Mondúver.

El conjunto es un macizo cárstico que alberga una gran diversidad de nichos ecológicos y una tierra montuosa habitada desde antiguo. Actualmente acoge la población de Barx y dispersas residencias secundarias. El macizo, que reúne grandes calidades paisajísticas, aunque con amenazas de banalización, es un gran escenario para la interpretación del paisaje, una labor a la que han contribuido reconocidos naturalistas y prehistoriadores, y también sabios locales comprometidos con sus valores naturales y culturales.

"Todo el grupo de montes es calizo"

Con estas palabras presenta Cavanilles los por él denominados montes de Valldigna, "dispuestos en bancos casi horizontales", de precipitaciones relativamente abundantes, y "recomendables por la multitud de vegetales que allí crecen". Además de las atalayas antes citadas, en cuyas laderas aparecen frecuentes cantiles regulados, también hay llanos estructurales (Pla de les Coves, Pla de les Palmeres, Pla del Campet, Pla del Toro, Pla Gran, Pla de la Nevera, etc.). Las interferencias tectónicas y las diaclasas de los potentes estratos carbonatados favorecen la carstificación del macizo que se manifiesta en la abundancia de lapiaces, depresiones cerradas de disolución (poljé de Barx, poljé de la Drova, les Foies, etc.) y también en numerosos encajamientos fluviocársticos. También está muy desarrollado el endocarst (simas, conductos, cuevas y galerías, a través de las cuales circula el agua percolada desde la superficie).

En realidad, el macizo funciona como un acuífero complejo que alcanza su máxima actividad con ocasión de precipitaciones extremas. Cavanilles pudo ver este "espectaculo de la naturaleza" el día 1 de octubre de 1791, "después de un diluvio de tres días" en el poljé de Barx. "Apenas entré en el valle vi" que desde las laderas de la Puigmola se precipitaban anchas cascadas, que los caños de la fuente de la Puigmola salían con fuerza, que funcionaba el sumidero de la Donzella y "tantas aguas que pasaban a las entrañas de los montes". Poco después se dirigió a la llamada fuente Mayor de Simat (al pie del macizo) donde manaban con fuerza aguas turbias que alimentaban un río caudaloso hacia el barranco de Toro.

Hábitat mediterráneo y asentamientos antiguos

La vegetación predominante en el macizo es un matorral termomediterráneo, resultante de la degradación de la vegetación potencial. El clima aunque mediterráneo, presenta valores pluviométricos por encima de los 750 mm anuales, como consecuencia del efecto barrera que ejercen las montañas sobre las masas de aire húmedo del NE. La deforestación en favor de tierras de labor y pastos y la acción de los incendios forestales explica que los antiguos bosques de carrascas y alcornoques hayan sido sustituidos por especies arbustivas como la coscoja, el lentisco, el palmito o el brezo y numerosas aromáticas como el romero, el tomillo y la lavanda, acompañadas de de manchas o ejemplares aislados de pino carrasco y de pino rodeno. No obstante, algunos barrancos de la umbría han actuado como reductos de especies como el fresno, la sabina negral, el cade, el durillo, el aladierno y trepadoras como la madreselva y la zarzaparrilla. El Mondúver también posee una rica fauna representada por especies como el gato montés, el jabaí, el águila real, el búho real, así como gasterópodos propios de la zona.

La posibilidad de controlar desde estas montañas las tierras llanas de la Safor y de la Valldigna y la disponibilidad de recursos naturales, especialmente de agua gracias a los numerosos manantiales existentes, explican la antigua ocupación del Mondúver. Diversos son los vestigios de asentamientos y poblados, destacando en la vertiente sur el yacimiento de la Cova del Parpalló, donde se han hallado importantes restos paleolíticos y, en la vertiente norte, la Cova de Bolomor.