Eva Zapico, hace un año, le propusieron hacer una nueva versión del Tirant. Al principio le dió miedo. Se sintió bloqueada. Pensaba que, hiciera lo que hiciera, no estaría a la altura de la obra de Joanot Martorell. Pero la propuesta se transformó en encargo y en la mente de Zapico se diseñó Tirant. «Aproximarse a una obra tan importante como Tirant lo Blanc da un poco de miedo. Es inevitable el temor ante una obra sacra, ante un texto nuclear dentro de la historia de la literatura», confiesa. Ahora está muy feliz y satisfecha. Su Tirant es diferente y no deja indiferente a quien lo ve. «Pude empezar a trabajar, más o menos libremente, cuando entendí que el que el Tirant me ofrecía la posibilidad de crear un universo visual. Que podía dejar de respetar con tanto celo la santidad de sus páginas para hacer uso de su contenido de una forma más libre. Porque en esta obra no solo la historia es importante, también lo es todo el universo visual que generan las batallas, los sonidos, las luces, el mar, la tierra, las texturas, la sangre...» desarrolla Zapico. Porque el gran clásico valenciano y universal del siglo XV (la primera novela moderna según muchos estudiosos y el mejor libro del mundo según Cervantes) da pie a un montaje, coproducción del Institut Valencià de Cultura con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que huye de la recreación museística, dialoga con el presente y apuesta por la palabra y el teatro físico. Un montaje, como no podía ser de otra forma, contemporáneo. Una obra, inicialmente, destinada a los jóvenes. Una pieza, por qué no, didáctica. De acercamiento y descubrimiento. Y desde otro punto de vista. En el de la historia amorosa de los protagonistas. En el Tirant de Zapico, Carmesina tiene entidad propia. Es la que ejerce de contrapunto del héroe. «Siento que en una moderna y necesaria relectura del Tirant lo Blanc, Carmesina ocupa ya el lugar que le corresponde. Martorell fue un avanzado de su tiempo y describió una mujer que se intuye guerrera, fuerte y en busca de su libertad individual. Una mujer que aunque acaba como es propio en la misoginia de la literatura clásica condenada a la derrota y la muerte, rebate y revierte esta figura del héroe masculino», sostiene.

La adaptación y el texto es esta pieza es obra de Paula Llorens Camarena, a quien la avala entre otros galardones, el Premio Internacional de Dramaturgia Hispana. El reparto, formado tras una convocatoria pública, está compuesto por Raúl Ferrando, Lucía Poveda, Mar Mandli, Raquel Piera, Maribel Bayona, Sergio Ibáñez, Antonio Lafuente y Kike Gasu. Ellos, apunta Zapico, han participado de forma activa a dar forma a la pieza ya que ella, relata, trabaja a partir de la interpretación colectiva. «Yo lanzo la idea y dejo espacio para investigar». La obra que se va a representar en el Rialto, ofrece otra novedad. Como ocurre en Broadway, las representaciones se inician dias antes del estreno con la intención de perfilar y pulir detalles para que el «día D» todo salga perfecto. Cuando acabe sus representaciones en València, Tirant se trasladará durante dos semanas a Madrid, a la sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. «Hemos hecho un buen trabajo», se enorgullece la directora. «Siento que en esta obra he podido explorar mucho y como creadora, era lo que mí me interesaba. Tirant me ha permitido narrar a partir de la plástica de las imágenes, y dándole a la palabra al mismo tiempo, el espacio que requiere. Las imágenes que el texto propone crea, en la traslación a lo escénico, la contemporización del relato sin necesidad de hacer una adaptación histórica ya que la trama se moderniza al permitir la narración simbólica de muchas partes a través de la escenografía», defiende Zapico.

Teatre Rialto. Del 14 de febrero al 10 de marzo.