Alegoría del ser humano. Un viaje físico a través de las emociones. A medio camino entre el teatro y la danza, y más allá de la palabra, los personajes utilizan sus cuerpos como instrumento de expresión que les permite ser libres en lo que les individualiza y en lo que les une. Que les permite comunicar la complejidad de los deseos, los conflictos y los misterios que remueven su interior. El amor, el miedo, las contradicciones. La comunicación —cualquiera de sus formas posibles: un gesto, un movimiento, un sonido, una mirada— es el punto de partida de la condición humana. Un ejercicio de sinceridad y de visceralidad. Dirigidos por Marta Torrents, los interpretes de esta pieza son Georgina Vila Bruch, Dorothée Dell'Agnola, Nicolas Quetelard y Jonathan Frau.

Con un lenguaje físico original y fuerte, Marta Torrents pretende contar una historia sobre las relaciones humanas con un estilo claro y brillante. «No me importa la vistosidad sino la verdad, la humanidad, la belleza en la sencillez en la libertad», explica Torrents. En su trabajo se cuestiona al ser humano por lo que se deja una via para que el espectador invente su propia historia, para que pueda abrir campos de inspiración y cuestionamiento. Porque la comunicación tiene muchas formas. Un gesto, un movimiento, un sonido, una mirada.... y eso es, para Torrents, el punto de partida de la condición humana. «Ya sea circo, teatro o danza, buscamos una herramienta de expresión que nos permita sentirnos tranquilos en lo que nos hace iguales», defiende la directora que esta tarde impartirá una masterclass a un pequeño grupo de alumnos del conservatorio profesional y el superior de danza de València.

En B Brut. Teatre El Musical. Día 16 de febrero, a las 20:30 horas