Las Terapias Asistidas con Animales de Compañía han demostrado su efectividad en la mejora de la conducta de las personas privadas de libertad, su capacidad para relacionarse con otras personas así como la mejora de los niveles de ansiedad. Estas son las principales conclusiones que los Investigadores de la Cátedra Fundación Affinity «Animales y Salud» de la Universitat Autònoma de Barcelona han extraído del estudio liderado por Instituciones Penitenciarias, y en el que han participado 212 internos de 10 centros penitenciarios españoles. Según este estudio, la efectividad de la interacción guiada con perros se puede comparar a la de otras terapias, como la psicológica u otras actividades grupales. Este programa busca mejorar el nivel de ansiedad que sufren los internos, y que puede ocasionar reacciones y comportamientos no deseados. También busca mejorar su conducta en el centro penitenciario: conseguir estabilidad emocional, una mayor adaptación al medio, mejorar su capacidad para relacionarse y conseguir una mayor implicación y participación en las actividades del día a día. Según el estudio realizado para medir su impacto y efectividad, todos estos aspectos mejoran gracias a la interacción guiada con los perros.

Los beneficios que aporta esta terapia en los centros penitenciarios son múltiples y valiosos, tanto para la convivencia dentro de la prisión como para la reinserción de los internos. Se resume en:

A nivel tratamental: mejora de la autoestima, desarrollo de habilidades sociales, control de la agresividad, consecución de hábitos de vida saludables, mejora del estado de ánimo y disminución de desesperanza - en el caso de internos de prevención de suicidio -, mejora de las perspectivas de futuro, etc.

A nivel penitenciario: mejora de las relaciones entre internos y profesionales, mayor motivación para participar en las actividades que organiza el centro, mejora en la adaptación a la normativa del centro, etc.

A nivel personal: mejora en las relaciones socio-familiares, mejor respuesta ante situaciones de estrés, disminución de la ansiedad, mayor asunción de responsabilidades e incremento del bienestar personal y calidad de vida en prisión.