Este fin de semana Petit Mal presentará por partida doble su nuevo disco repleto de nostalgia, melancolía y «razonable felicidad». El sábado, en formato reducido, estarán en la Pèrgola de la Marina. Y el domingo por la tarde en el Loco; actuarán con la extensa formación que ha hecho posible Andar sobre hielo frágil, en el que, junto a los originales Suso Giménez, Anna Benavent y Juan Luis Salmerón, han trabajado Anna Sanz de Galdeano, Xavo Giménez, Gilberto Aubán, Dani Cardona y el productor Paco Morillas. Hablamos con Suso Giménez.

P Casi 15 años sin disco. Más que un «petit mal», ha sido un «super mal».

R Después de Finlandia (2005) la banda original dejó de tocar. Anna Benavent estuvo viviendo muchos años en el extranjero y Juan Luís estaba en otros proyectos. En 2008 formé otra banda con la que grabamos un EP y luego, por razones de trabajo y de familia, estuve varios años con la guitarra en el armario. Llegué incluso a no acordarme muy bien que había sido músico. Pero luego, poco a poco, empecé a volver a tocar, primero en una fiesta para la que monté una banda, luego un periodista de Madrid que nos invitó a tocar en otra fiesta... Me fue picando el gusanillo, empezaron a salir cosas, volví a tocar las canciones que teníamos... Al final, en una entrevista, Javi Gafotas del «Club de amigos del crimen», me preguntó si iba a sacar disco, por alguna razón dije que sí, y hasta ahora.

P ¿Has cambiado como músico en este tiempo?

R Me había vuelto un compositor muy lento, pero decirle a Paco (Morillas, el productor) antes de verano que en septiembre iría a su estudio fue un acicate estupendo. Me empecé a preocupar porque veía que tenía pocos temas nuevos, así que me obligué a componer. Y con esa meta en un par de meses he hecho más canciones que en todos los años previos, y además canciones de las que estoy muy orgulloso. Yo pensaba que después de Finlandia no iba a poder a hacer un disco de esa calidad y creo que éste disco sí que la tiene.

P ¿Cómo has logrado mantener la coherencia musical de dos discos que separados por casi 15 años?

R Compongo siempre según el estado de ánimo. Antes era como un joven algo así como atormentado, y ahora estoy en una fase de mi vida razonablemente feliz. Lo que he mantenido en todo caso es la forma de componer, hacer canciones que son como conversaciones. Sí, supongo que las canciones de ahora podrían haber estado en el Finlandia, y viceversa.

P Con los años «Finlandia» se ha convertido en un disco referencial en la escena valenciana. ¿Por qué crees que no lo fue desde el principio?

R Me supo mal en su día, porque creo que se habían dado todas las circunstancias: canciones bien hechas, la gente que colaboró estuvo superinspirada, la portada de Antonio Ballesteros era preciosa... Cuando pensaba que todo eso había salido tan bien y que la repercusión era tan escasa, me quedé un poco decepcionado. Pero con el resultado que ha tenido a la larga, estoy más que satisfecho.

P ¿«Visiones finlandesas» fue algo así como un acto de justicia?

R Me pareció muy emocionante y muy halagador. Tenía la impresión de que Finlandia había pasado desapercibido, pero ese homenaje me demostró que muchos músicos de València consideraban que aquel disco estaba bien.

P ¿Cómo se ven 15 años de indie valenciano desde la distancia?

R Me sabe mal que hay gente con mucho talento pero que ha tenido muy pocas oportunidades y que años después siguen tocando al mismo nivel. En las últimas décadas hay pocas bandas valencianas que hayan vivido de la música. Y también tengo la impresión de que a los músicos de València sólo van a verlos otros músicos de València.

P ¿Si no hubieras tenido un trabajo al margen de la música te hubieras atrevido a volver a grabar un disco?

R Ni me lo hubiera planteado.