Chamanismo a cuatro voces. Tragicomedia a capela. Vanguardismo ancestral. Yllana y Primital Bros se unen en The Primitals, la extraña y surrealista historia de una tribu ligeramente disfuncional, con luchas intestinas, sueños de grandeza, desequilibrios mentales y farmacopea milenaria. Cuatro aborígenes de un planeta que podría ser el nuestro reclaman el escenario dispuestos a conquistar al público, a carcajadas o a machetazos, pero siempre rebosando música de mil géneros que, como esponjas, han ido absorbiendo en sus viajes por los confines del espacio tiempo. The Primitals es deseo, ira, venganza, castigo, rendición y vuelta a la realidad. Es una propuesta cómica, dinámica, única y sencilla que sobre todo no engaña al público. Una pieza con mucha personalidad. Una comedia divertida y original. Un tenor agudo, un bajo barítono. Una comedia en la que apenas hay texto ni diálogos y la trama se desarrolla a ritmo de canciones.

Con una escenografía minimalista y un enorme sillón presidiendo el escenario, The Primitals cuenta la historia de una tribu compuesta por un regente dictatorial (Pedro Herrero), un chamán bastante loco (Adri Soto) y dos súbditos graciosos y con ansías de poder a los que dan vida Iñigo García y Manu Pilas. El espectáculo, que hasta el domingo se podrá ver en la Rambleta, lo dirige Joe O'Curneen. «Es un espectáculo que sorprende porque el público no está acostumbrado a él», apunta Adri Soto, uno de los cuatro intérpretes. «No es un musical al uso; no es una pieza común», advierte.

The Primitals, cuatro tipos con la cara pintada, ropajes extraños y cuernos colgados, es una master class de gesticulación y expresión corporal. Es soul, pop, rock y hasta ópera. El repertorio de los Primital Brothers no tiene límite. El descarado cuarteto, porque la trama se desarrolla a base de canciones, se atreve con temas tan dispares y potentes como las bandas sonoras de Indiana Jones, Stars wars, Braveheart o Juego de Tronos y temas como Carmina Burana, Yesterday, Malagueña salerosa o el Bohemia Rhapsody de Queen. El objetivo inmediato es el competir por sus sueños, unos por ocupar el trono, otros por encontrar el amor, otros por conseguir el medicamento mágico... Todos: conquistar el teatro.

En todo un alarde de teatralidad, los guerreros tribales y su cacique manejan el poder, el autoritarismo, la represión, la violencia, el amor, la amistad, el ego, el valor, la heroicidad. «Somos una tribu de verdad, somos amigos, la comedia fluye porque trabajamos desde las buenas energías y el buen rollo», apunta Soto, el chamán en la obra. Actor, cantante, locutor y periodista, Soto dice que se dedica a «Dumdumdear» y «armonizar» por el mundo. Barítono bajo, confiesa que The Primitals es un «espectáculo total», una «pura comedia canalla», hecha «desde las tripas». «Desde el primer minuto le hablamos al público en un idioma inventado y nos comunicamos a la perfección. Ser una tribu nos ayuda a crear un personaje indefinido, donde todo vale y todo es básico», sostiene. «Con gestos y música se puede llegar a cualquier lado. Aunque hay rasgos comunes, no todo el público responde igual, por ejemplo, los gallegos son más efusivos que los manchegos y los andaluces se dividen entre los desmedidos y los comedidos» desgrana. A nivel internacional, y para conquistar a un público «diferente», la compañía introduce en la obra, a modo de gag, vocablos del idioma de país para seducir a los espectadores. «Cuando teníamos que actuar en Corea del Sur, buscamos a una profesora que nos tradujo algunas palabrejas para meterlas en la obra. ¡Tenías que ver la respuesta del público. ¡Cómo se reían los coreanos! Lo mismo hemos hecho este fin de semana en Bélgica», desvela. A pesar de todo, The Primitals es una obra que se ciñe al guion y la improvisación es mínima ya que «cuando algo funciona, mejor no tocarlo», bromea el chamán. «Para nosotros, el público es uno más, ellos son una tribu amiga con la que contactar. Son testigos y están presentes» insiste el actor que ha representado ya The Primitals más de 400 veces. Porque la pieza ya «ha corrido mucho». Se estrenó en octubre de 2016, tras haberse pospuesto tres veces, porque la ambición del grupo iba en aumento y la obra adquiría, ensayo tras ensayo, más volumen. «Nos encanta ver cómo flipa la gente», reconoce Adri al que le preocupa «el momento» que vive el humor. «Hay que tener mucho cuidado para no ofender y molestar», afirma. Y en The Primitals lo hacen. Ellos, en febrero de 2016, apostaron por un guion con humor blanco y sí, ganaron. Hoy, y tras haber recorrido decenas de teatros, la comedia es un espectáculo digno de los dioses. Porque, advierte Soto, hay que tener «cuidado con los sueños» porque a veces «se cumplen».