Ha llovido mucho desde que Cristina del Valle cantaba por primera vez «Estoy por ti». La sociedad española ha cambiado y la industria musical, también. Pero eso no es impedimento para el regreso a los escenarios de Amistades Peligrosas. La cantante vuelve ahora con un nuevo trabajo Pacto de sal, de la mano de Marcos Rodríguez, autor de las canciones del nuevo álbum. En él, cantan al colectivo LGTBI, pero también al «amor» en todas sus vertientes. El próximo 18 de mayo actuarán en Sant Vicent del Raspeig.

P ¿Quién es el nuevo integrante de Amistades según Cristina del Valle?

R Cristina Del Valle: (Ríe). Una persona increíble. Conocí a Marcos en su casa de Bayona (Galicia). Allí me enseñó un hórreo pequeñito donde él iba a cantar con tal solo 4 años. Es un ser extremadamente sensible y lleno de luz. Me generó muy buen rollo desde el principio. Los dos hemos vivido muchas cosas, buenas y malas. Los dos estamos construidos por el dolor y hemos sido educados por madres muy luchadoras. Estamos hechos de dureza y de ternura. Es una de las personas más especiales que conozco.

R Marcos Rodríguez: Ha sido una suerte conocer a Cristina.

P ¿Cómo están viviendo el lanzamiento del nuevo álbum?

R C. D. V.: Con la ilusión del principiante. En esta profesión, cuando pierdes la capacidad de emocionarte estás muerto. En esta nueva etapa, he podido recuperar precisamente eso, los nervios de antes de subir al escenario. El disco está hecho de emoción. Si Amistades Peligrosas hubiera «nacido» en 2019 hubiera lanzado Pacto de sal. Para nosotros, lo fundamental, es la identidad.

P ¿Esto lo dice a favor o en contra del «revival»?

R C. D. V.: No tenemos nada en contra del «revival», pero queremos ir más allá de la nostalgia. Amistades Peligrosas nació como un grupo comercial que lo petó, pero que se atrevió a hablar de la eutanasia, del derecho al aborto, de la sexualidad, del racismo... El grupo aportó mucho en los 90 y ahora lo tiene que hacer también. Es gracioso, porque lo que hizo Amistades en su día, ahora se sigue viendo como moderno y transgresor.

P Dice mucho de nosotros... ¿Tenemos los mismos problemas sociales?

R C. D. V.: Vivimos un retroceso social enorme y a escala internacional. Vemos al otro como algo negativo. Estamos deshumanizados. Amistades vuelve en un momento de regresión.

P ¿Es lo «ideal» para el nacimiento de un grupo?

R C. D. V.: Claro, porque tiene muchas cosas más que decir.

R M. R.: Por eso hemos querido recuperar toda la esencia de Amistades. Tenemos que seguir hablando de ciertos temas. Por ejemplo, «Amor que entiende» cuenta la historia de dos mujeres de 70 años que por fin pueden presumir de que son pareja. Este tema en concreto surgió de una escena que presencié. Mientras iba por la calle vi a estas dos mujeres mayores. Pensaba que una cuidaba de la otra. De repente, oí que una de ellas decía: «¿Quién te va a querer a ti?». Eran pareja. Me parece tan bonito que dos personas puedan disfrutar de su amor sin que pase nada...

P Lo que demuestra que algo bueno hemos sacado de estos años.

R C. D. V.: ¡Claro! Siempre hemos estado muy conectados con el colectivo LGTBI. Tenemos conquistas legales muy importantes, como el matrimonio homosexual, pero seguimos teniendo decenas de agresiones homófobas en los juzgados. También hemos querido dedicar una canción a aquellas personas a quienes les cuesta levantarse por las mañanas, «Caer de pie». El tema viene a decir que el amor puede salvar vidas.

P Marcos ha compuesto gran parte del disco. ¿Buena parte de las canciones son autobiográficas?

R M. R.: Sí. La inspiración siempre viene de lo que vivo. Por lo general, si trabajas así, todo lo que harás será verdadero.

R C. D. V.: Esta profesión es una catarsis. El artista necesita de la realidad para crear. Desde que te levantas hasta que te acuestas, estás contando lo que ves a tu alrededor, lo que ocurre en la sociedad en la que vives. Por eso no es casualidad que los músicos hayan sido los grandes perseguidos durante las dictaduras, y que sigan siéndolo para las propias leyes del mercado.

P ¿Cómo encaja Amistades en la nueva industria de la música? ¿La notan cambiada?

R C. D. V.: Ahora se crean músicos a medida a través de empresas multinacionales. La mayoría son jóvenes, con poca experiencia. No es casual ni inocente el tipo de música que resurge ahora. Descargada de contenido, de usar y tirar, con letras que no dicen nada... Por eso, la vuelta de los 80 y los 90 no es un fenómeno nostálgico, es un fenómeno necesario para la cultura de este país.

P ¿El público va detrás de una letra con mensaje?

R M. R.: Sí. Las canciones de ahora son, por lo general, efímeras en todos los sentidos. Antes, la canción de moda estaba en la radio unos cuatro meses, ahora, las canciones son cerillas. Un hit «arde» durante dos semanas y se va. Consumimos las cosas muy rápidamente, y aunque inicialmente no seas así, no tardas en entrar en la misma dinámica.

R C. D. V.: El capitalismo es un modelo perfecto para destruir la cultura. Hay un dato que lo avala. Estamos por debajo de Zimbabue en el porcentaje de creadores que pueden vivir de su profesión. Eso es muy simbólico. Cuando tu obra no es valorada, evidentemente dejas tu trabajo. Nos estamos perdiendo la creatividad de mucha gente precisamente por culpa de este modelo. Los artistas somos más antisistema que el resto. Personalmente, apuesto por la autogestión de los centros culturales en los barrios de algunas ciudades. Los gobiernos criminalizan esta acción con la palabra «antisistema» para acabar con estas iniciativas. La música tiene que volver a las calles a través de la gente.

P ¿Prefieren las salas de música o las grandes multitudes?

R M. R.: No me atrevería a elegir (ríe).

R C. D. V.: La música es un derecho. Nuestro caché siempre ha sido accesible para que cualquier asociación de vecinos o pueblo pudiese contratarnos. Siempre hemos querido que la gente que nos quiere nos pueda ver en directo. Hay que ser flexible.

P La próxima fecha que tienen es mañana en Sant Vicent del Raspeig.

R C. D. V.: Sí, nos encanta volver a la Comunitat Valenciana. Nuestra intención es ir próximamente a América Latina. Estamos disfrutando mucho este momento.