Una ruta turística permite conocer, a lo largo de más de dos horas de paseo, los entresijos de la historia erótica que atesoran algunos edificios de la ciudad de València, donde tienen cabida desde la vertiente pecaminosa de la lujuria hasta gigantescos burdeles y el paso del histórico Casanova.

El historiador Fernando López, gerente de la empresa Didamecum, es el responsable de mostrar esta cara menos conocida de la València con una ruta que recorre distintos puntos del centro histórica y que ha explicado a EFE.

Durante el recorrido se descubren figuras desnudas, parejas copulando y gárgolas en actitud muy explícita en algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad.

La ruta pasa por la Lonja de la Seda, un edificio declarado Patrimonio de la Humanidad que data del siglo XV y en cuya fachada, la iconografía "representa la lujuria a modo de admonición, lo muestra para que la gente no lo haga", según López.

Durante el recorrido se descubre que, durante la Edad Media, València albergó el burdel más grande de toda Europa "y, además, gestionado por el Ayuntamiento de la época que era quien dictaba las normas que debían cumplir las prostitutas", comenta.

"Según cuentan algunos viajeros, las prostitutas se sentaban en la puerta y tenían una luz junto a la ilustración que representaba la especialidad de cada una de ellas", relata este historiador y también guía oficial.

Y en esta ruta no falta uno de los protagonistas de la literatura erótica europea, Giacomo Casanova, quien estuvo en València en 1769 y dio rienda suelta a sus pasiones tras conocer a Nina, "una exiliada veneciana, amante del conde de Ricla a la que conoció en los toros y con la que tuvo varios encuentros en su casa".