El Oceanogràfic ha abierto un nuevo espacio para sus millones de visitantes procedentes de todo el mundo, un espacio donde se puede contemplar la belleza de grandes y espectaculares paisajes de cerca. Seguramente ninguno de los millones de visitantes que acuden al Oceanogràfic podía imaginar que dentro de sus instalaciones era posible contemplar paisajes tan distintos y tan distantes como los Fiordos, el Gran Cañón del Colorado o el Amazonas… uno junto al otro y cada uno de ellos sumergido en un acuario de grandes dimensiones y con peces moviéndose de un lado a otro.

Es el nuevo espacio, el que acaba de inaugurar el Oceanogràfic, de contemplación, de reposo y casi de meditación. Se trata de una exposición única en España con diez acuarios -tres dedicados a los grandes paisajes mencionados y siete preciosistas gambarios- que se ha montado en la primera planta del singular edificio del restaurante submarino. Esta zona se prolonga al exterior y conecta con la nueva pasarela que rodea la playa de los leones marinos y el lago.

El pasado jueves una fiesta, a la que asistieron todo el equipo implicado en la construcción de la instalación, personal del Oceanogràfic junto a la presidenta, Celia Calabuig, y proveedores de la casa, daba paso a la apertura formal de la exposición, en la que ha colaborado Coca Cola como parte de su estrategia a favor de la sostenibilidad y de su compromiso con la sensibilización ambiental en el cuidado de los entornos naturales.

«Sólo se protege lo que se conoce»

Previamente, Eduardo Nogués, el director general del acuario ubicado en la Ciutat de les Arts i les Ciències, destacó la relevancia y singularidad de la muestra de paisajes sumergidos. También señaló la sintonía entre el propósito de la exposición y la misión del Oceanogràfic de dar a conocer especies de animales de todos los océanos con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre los valores de la naturaleza y el medio ambiente. «Poder acercar -dijo- a nuestros visitantes estos mundos tan distantes y tan distintos nos da la oportunidad de seguir nuestra labor de divulgación y cumplir el lema que tanto nos gusta repetir y es que sólo se protege lo que se conoce».

Nogués dio paso al autor de los acuarios, Albert Escrihuela, quien explicó el «aquascaping», que es como se conoce internacionalmente esta fusión de técnica y arte, con origen en el Zen. El paisajismo sumergido busca representar la naturaleza utilizando los cristales de diseño, los materiales naturales, rocas, troncos sustratos y arenas y las plantas acuáticas. Albert comentó que intenta introducir la belleza de esos paisajes en el acuario, «porque si somos capaces de disfrutar viéndolos, nos transmitirán los valores del respeto y del amor a la naturaleza»

Música del mundo

La interpretación de la de la compositora y arpista, Eve Matin, con una invitada especial, la violinista, Kezia Amelia, de músicas del mundo fusionadas, como las áreas allí representados, dio paso a la apertura formal para que los invitados tuvieran el privilegio de ser los primeros en observar de cerca la obra de Escrihuela.

Los invitados también disfrutaron del bello rincón formado por la terraza el edificio, junto a la playa donde se solazan los leones marinos, y la nueva pasarela que permite obtener perspectivas nuevas de los lagos y edificios del Oceanogràfic.