ice que la música latina está en un buen momento pero que lo mejor está por llegar. Luis Fonsi confiesa que le gusta pensar que el futuro siempre va a ser mejor que el presente. Por ello y entre bromas, asegura que el concierto del martes en Viveros (22 horas) será su mejor espectáculo.

¿En su concierto habrá amor y baile?

Esa es la mezcla ganadora. Estoy muy emocionado por hacer gira en España. Allí (la entrevista se hace vía telefónica desde Puerto Rico) estaré hasta finales de agosto. En València celebraremos el verano y pondremos a València a cantar y bailar. He preparado una gira muy bonita. Yo, donde más cómodo me siento, es subido en un escenario. Espero que el público disfrute.

¿Qué versión de Luis Fonsi veremos? Su estilo ha evolucionado tanto que es difícil de encuadrar.

Mis conciertos son un sube y baja de emociones y de ritmo en todo momento. Cantaré las canciones más recientes, las que ahora suenan en la radio, pero también las que me abrieron la puerta al mundo. Las baladas y los momentos románticos van a estar muy presentes. Para mí, lo importante es justo eso, el demostrar que puedo hacer varias cosas; que me puedo parar, coger una guitarra y cantar una balada y a la vez puedo hacer un tema como Despacito con bailarines, con salsa latina, con pirotecnia. Me gusta viajar dentro de esos dos mundos y hacerlo con seguridad, tranquilidad y con honestidad que es algo que me define como artista. Y esas dos caras son las que se van a ver en mis conciertos.

Parece que Vida y Date la vuelta te dan un respiro y te dejan aparcar un poco Despacito. ..

No, ojalá nunca me dejen de pedir Despacito. Cuando uno tiene un éxito y lanza una canción que marca un momento tan importante, uno lo que debe hacer es celebrarlo. Yo no estoy avergonzado de haber hecho una canción que rompió todos los records. No. Creo que a Ricky Martin el resto de su vida le van a pedir que cante La vida loca, por ejemplo. Son canciones que forman parte de nuestra historia como cantantes y si encima marcan un antes y un después en esto, ya ni te digo. Mientras la gente quiera escuchar Despacito yo la cantaré con una sonrisa de oreja a oreja.

Después de Macarena solo tu has hecho bailar a todo el mundo con una canción en castellano.

Y eso es lo que más me llena al final del día. Sé que es la canción en castellano que más se ha interpretado en la historia de la música. Decir que es la canción con más sprint (la que más popularidad ha tenido en menos tiempo) ya es decir mucho. ¡Caramba! Es algo de lo que me siento orgulloso y no porque sea mia sino porque representa a los mios y eso quedará ya como parte de la historia. Sé que llegará otra canción pero hasta entonces...

¿Qué secreto crees que tiene la música latina para haberse convertido en un boom?

La música no tiene secreto. La música latina es contagiosa, es alegre, te pone a bailar, nos hace olvidar cualquier situación difícil de las que estamos atravesando en la vida. La música latina va mucho más allá del idioma y la cultura y se digiere con mucha alegría. Eso nunca estuvo escondido. Esta explosión en los últimos años creo que se debe a las plataformas de streaming, a la nueva manera en la que se consume música. Ya no hay reglas ni barreras. La gente ya no está obligada a consumir solo lo que le ponen en la radio, ahora se puede elegir y consumir lo que cada uno quiere en cada momento. Alguien en China o África puede escuchar tu música porque se ha convertido en un fenómeno global y la gente sabe que la música latina tiene algo especial que te pone a gozar. Las barreras del idioma ya no existen, lo que antes nos dividía, como concepto, ha dejado de existir y eso las nuevas generaciones lo entienden perfectamente. Quizás, por la costumbre, a otras generaciones les cueste porque se criaron con otro concepto donde todo estaba clasificado por géneros... pero ahora estamos en otra dimensión.

¿Qué ha significado para ti participar en un programa como La Voz ?

La Voz no solo es música y permite que la gente conozca a los coaches. He descubierto que había un público de una generación muy joven y otra de mucho más mayores que no me conocían y este programa me ha permitido acercarme a ellos. Es gente que no sabía como yo hablaba, de dónde venia, lo que he sufrido, lo que me emociona, mi pasión... ahora saben cosas de mí. Es como que el público ha descubierto la pasión que hay detrás de mi voz. Con este programa me he acercado al público. Y mucho. Además, a nivel personal, me ha aportado mucho. Me encanta ver cómo los jóvenes son escuchados y es bonito comprobar cómo las familias se reunen para ver el programa. Me gustó mucho la experiencia y estuve muy cerquita de ganar, creo que a un 2 por ciento. En esta gira, cantaré con María, la ganadora de mi equipo.

¿Cómo se puede valorar el talento de un artista en solo tres minutos?

Es muy difícil porque nadie tiene una bola de cristal. Nadie sabe. A veces, algo te mueve por dentro y conectas con esa voz pero con una sola canción y un minuto... Uno nunca sabe. Cada paso, las audiciones, las batallas... en mi programa nunca hubo un favorito y uno nunca sabe quién va a conectar con la gente. A los chicos, cuando ya están en nuestro grupo, les damos las canciones y la oportunidades para que ellos brillen y uno elige con el corazón en la mano pero nunca se sabe. A veces, se está comprobando, los ganadores tampoco son los que más triunfan. Esto es música y en la música pasan cosas increíbles. Hay cantantes que parece que no tiran y de repente se convierten en número uno. ¡Eso es lo que me encanta de la música! La música es algo muy humano y no estratégico ni de números, no es blanco o negro y sí sentimientos y de una conexión que uno no puede pensar ni planificar.

A pesar de llevar toda una vida triunfando supongo que en los últimos años la vida te habrá cambiado.

Este programa ha sido para mí una oportunidad muy bonita para seguir creciendo en un país que quiero mucho. Estoy muy emocionado y sé que esta vez me voy a sentir aun más cómodo en el escenario. Yo pongo semillas y las siembro; para mí cada etapa de la vida, cada disco, cada concierto y cada programa es una semilla que siembro para seguir haciendo cosas positivas.