Si hay una época especialmente indicada para disfrutar en todo su esplendor de los vinos blancos esa es, sin duda, la estival. ¿Quién puede decir que no a una copa de vino blanco bien fresca acompañando una paella en primera línea de playa? En la Comunitat Valenciana el consumo de vinos blancos se dispara en verano. Los sabrosos «Albariños» de la DO Rías Baixas, los «Verdejos» de Rueda o los nuevos blancos de Ribeiro son habituales en las mesas de los restaurantes de costa. Sin embargo, cada vez es más habitual ver blancos valencianos; vinos que hace ya tiempo que dibujaron su evolución hacia uvas autóctonas y vinificaciones que hablan del terroir y de la tipicidad.

Los blancos de Moscatel -frescos, afrutados y con un leve toque dulzón- siguen siendo los reyes entre los valencianos, pero cada vez afloran más etiquetas que lucen sin complejos el nombre de uvas poco conocidas como la Merseguera y la Verdil o poco valoradas como la Macabeo. Aunque siempre está bien adentrarse en los vinos que se elaboran en otras latitudes, es buen momento para descubrir la gran diversidad de blancos que se producen en la Comunitat Valenciana y disfrutarlos en su entorno natural: junto al mar y, si es posible, con una buena paella.