Dice que la «responsabilidad» comienza a pesarle demasiado sobre los hombros. Aunque solo a veces. Es por ello que ha formado junto a otros ocho amigos El Combo Viramundo, una banda con la que acaba de lanzar «Me cuesta tanto olvidarte», un «bolero-rock», con el que rinde tributo a Mecano «con todo el cariño». Esta banda es solo uno de los proyectos de Xoel López, un artista que ha publicado un ensayo, un poemario y casi 20 álbumes discográficos. El próximo 25 de julio llega a los Jardines de Viveros junto a La Casa Azul para interpretar los temas de Sueños y pan, su trabajo «más maduro» y con el que ya lleva girando desde 2017. Dice que en «2020 ya le toca disco».

P El próximo 25 de julio tocará con toda su banda en los Jardines de Viveros y a finales de mes hará parada en el Low Festival de Benidorm. Dos escenarios muy diferentes. ¿Prefiere los conciertos en acústico o los grandes festivales?

R Me he acabado adaptando a todo. Hace algunos años le hubiera dicho que prefiero los conciertos pequeñitos, en acústico. Pero le he acabado cogiendo el truco a los festivales. Además, tal y como está el panorama musical, no sé si nos podemos permitir pensar ni siquiera en lo que nos gusta. No es que sobre el trabajo.

P Parece mentira que diga eso. Desde el punto de vista del espectador, da la sensación que las bandas tienen más «bolos» que nunca. El mapa de festivales ha aumentado muchísimo, al menos, en la Comunitat Valenciana.

R Es cierto, aunque esto siempre está cambiando. Desde joven, pensaba que vivir de la música era un imposible. Este sector requiere de un gran poder de adaptación. La clave es actualizarse siempre.

P Usted lo ha hecho.

R Sí, incluso eso ha sido un lastre en ocasiones. Siempre me he obligado a actualizarme. Yo siempre me lo hago más difícil. Antes, cuando sacaba un disco, ya estaba pensando en el siguiente. He decidido cambiar eso. Bueno, basta ya. No quiero ser un cascarrabias. No puedo quejarme (ríe).

P Lleva desde 2017 con «Sueños y pan». Antes nos tenía acostumbrados a esperar uno o dos años para escuchar nuevas letras suyas. ¿Es el álbum con el que más está girando?

R Sí. Antes ni siquiera dejaba pasar el año. Me faltaba tiempo para meterme otra vez en el estudio. Ahora, he decidido tomármelo con más calma. Quiero tocar en España y visitar más municipios. Aunque no crea que he dejado de componer. Me toca sacar disco en 2020. Ya estoy trabajando en canciones nuevas.

P Con sus dos primeros discos en solitario, «Atlántico» y «Paramales», incorporó nuevos sonidos que venían del folk y de la electrónica, con letras y melodías evocadoras. En «Sueños y pan» hay otro discurso. ¿Diría que es su trabajo más maduro?

R Me cuesta responder a eso. Aunque de alguna manera supongo que sí. En los dos primeros se reflejaba la vida bohemia que llevaba en ese momento. Era una época de descubrimiento. Ahora, me ha tocado reflejar una época de estabilidad y de disfrute. Es un disco más casero en que me he permitido jugar con diversas cosas a mi alrededor. Sueños y pan es un trabajo terrenal. Un álbum hecho de cosas tangibles -el pan-, pero sin olvidar mi espíritu evocador -sueños-. Cierra una etapa personal y musical muy importante, donde América queda atrás.

P ¿El ‘pan’ es un condicionante para dar rienda suelta a los sueños?

R Sí. Nunca hay que dejar de tener los pies en la tierra. No hay que perder de vista el pan.

P ¿Por qué decidió volver a España?

R Decidí volver por la misma razón que decidí irme a América en su momento: La necesidad de cambio. América fue algo nuevo y renovador. Allí aprendí nuevos sonidos y conocí a muchas personas que me cambiaron la vida. Ahora necesito volver para reencontrarme con lo que dejé aquí. Aunque no crea que por estar en casa estoy más cómodo. Trabajo más.

P ¿Ha cambiado su manera de componer?

R Me gusta componer acompañado. Antes veía la composición como algo íntimo. Desde hace un tiempo le he cogido el gustillo a compartir ese momento. Es lo que estoy haciendo para mi nuevo disco. Aunque las canciones son mías, un amigo me acompaña en ese proceso, y es mucho más enriquecedor.

P Acaba de sacar un nuevo single en el que versiona «Me cuesta tanto olvidarte», de Mecano.

R Ha tenido repercusión en muy poco tiempo. La verdad es que no me lo esperaba.

P ¿Por qué ha elegido versionar este tema?

R Surgió de manera inesperada. Pablo Mejías, un componente de la banda, es el típico que en los descansos empieza a tocar cualquier cosa, lo que le apetece. En un momento dado empezó a tocar «Me cuesta tanto olvidarte». Es la típica canción que te sabes y que se te ocurre hacerla de diferentes maneras. Cuando Pablo la tocó, poco a poco nos fuimos enganchando, ya que todos somos fans de Mecano. Nos arrancamos en seguida a grabarla. Fue muy agradable porque en ella he podido dedicarme solo a cantar. No toco la guitarra. El resultado es bolero-rock muy bailable. La hicimos a nuestra manera.

P La ha grabado junto a El Combo Viramundo. ¿Un proyecto con vistas al futuro?

R Es un proyecto familiar, de momento tímido, al que tengo mucho cariño. El Combo Viramundo lo formamos ocho amigos músicos. Nos juntamos para trabajar y para tocar cualquier cosa que se nos ocurre. El proyecto ya existía hace años, pero era algo reservado solo para nosotros. No teníamos la necesidad de llevarlo a otro nivel. Pero al final, no hemos podido evitarlo. ¿Sabe? Hay que dejarse llevar por los proyectos que a uno le apasionan, en los que todavía queda ese porcentaje de ingenuidad típica del principiante. Además, es un alivio dejar de ser siempre Xoel López para ser «Xoel López y El Combo Viramundo». Decidimos dejar mi nombre en la banda por aquello de visibilizar el proyecto, pero soy uno más. De momento, es un proyecto con el que experimentar. No sé si llegaremos a grabar un disco, a girar y demás. De momento, tenemos tres bolos y estoy feliz. Tenía ganas de quitarme parte de la responsabilidad de un proyecto así. Está bien dejar de ser Xoel para ser más «Viramundo».