Durante finales de la década de los 70 hasta mediados de los 90, València se situó entre las primeras posiciones de la vanguardia musical nacional con propuestas transgresoras provenientes de lugares como Londres, Manchester o Amsterdam, entre otros. Pocas presentaciones hacen falta para la Ruta Destroy, la cual ha dejado un legado en lo que respecta a la música y cultura de la ciudad, con sus pros y sus contras.

Esta etapa de la historia valenciana difícilmente podrá volverse a repetir, pero a pesar de que la música esté en constante evolución, el espíritu de la ruta sigue ahí. «La persona valenciana siempre ha tenido el cachondeo y las ganas de fiesta por dentro, y además, tenemos uno de los templos de la electrónica de ayer y hoy, que es Barraca». Ahí es donde empezó todo, de acuerdo con declaraciones de José Díaz, DJ de la Ruta que actualmente se dedica a la música electrónica.

El origen del techno se sitúa en Detroit sobre los 80. A grosso modo, es un estilo que consiste en un ritmo constante marcado por un bombo, y que se acompaña a su vez por sonidos de sintetizadores de corte futurista.

Evolución en la música

«Hay un paso evolutivo brutal entre finales de los 90 y principios de los 2000» señala Díaz. En ese momento desapareció gradualmente la música bakalao para dar paso a un estilo que ya se escuchaba en Europa y EE UU, el house. «Todo el mundo entró en la moda y gustó mucho», varios DJ's de entonces, cautivados por los sonidos mejorados y el ritmo de este nuevo estilo, dejaron el bakalao atrás para sumarse a esta nueva corriente. Así se introdujo el house en España, en todas sus vertientes.

Más tarde llegó el techno, que nada tiene que ver con el house. Este estilo irrumpió en la escena hace unos cinco años, con un sonido más contundente, agradable y percusivo, afirma el DJ. «Actualmente me identifico con el techno más melódico. Lo que hago me gusta mucho, me emociona y me hace disfrutar».

La música electrónica en València tuvo una decadencia importante con la llegada de los ritmos latinos y el reggaeton, que enturbiaron muchas de las salas de electrónica y a bastantes DJ's que se unieron a estas nuevas corrientes. «Afortunadamente, esto terminó. Hoy estamos muy bien posicionados y muy fuertes en la música techno, empezando por los festivales, que cada vez tienen más representación; y las salas, que cada vez hay más de este estilo».

Elementos que perviven

«Antes se pinchaba en vinilos, por lo que era un arte y esa técnica no se olvida». Tal y como afirma Díaz, esa influencia de los DJ's veteranos se nota y pervive en la forma de tratar la música y transmitirla.

Otra de las cosas que pervive es la gente, «si ha cambiado algo es la edad, antes se empezaba a salir más tarde, pero actualmente, en la gente de las fiestas ves la misma cara de felicidad, ilusión y complicidad que antes. Tienen las mismas ganas de fiesta y de pasarlo bien», añade. Algo que sí ha evolucionado es que, gracias a la tecnología, ahora la gente sabe quién pincha en cada sitio y puede decidir qué quiere ver; también se tiene más conocimiento de los artistas.

En cuanto al público, «la gente seguidora de este estilo tiene devoción por el techno y está completamente entregada. Están igual de comprometidos con la música, «bailongos», con ganas de fiesta y muy pendientes de lo que pasa. La similitud es la misma». Así pues, el espíritu y el afán por la cultura techno podría considerarse como lo más similar a la forma en que se vivía la esencia de la Ruta Destroy, determina.

Perfil y cultura techno

Díaz distingue entre dos tipos de público, el «clubber poderoso», que va a una sala a disfrutar, bailar y sentir la música techno; y el asistente por «postureo», que va a las fiestas porque la gente va, está de moda y hacen como que les gusta cuando en realidad no. «Como DJ quieres que la sala se llene, pero ese último tipo de público no gusta, a mí no me vale». Además, también distingue el público del techno de otros géneros de electrónica como podría ser el EDM: «En la mayoría de los casos, el público del EDM se mueve más por lucir y ver la parafernalia que pueden montar los artistas; mientras que el público de techno no presta tanta atención al decorado, sino que va a ver a sus DJ's. favoritos o va por la música que va a sonar».

En cuanto al espíritu de una persona aficionada a la cultura techno, José Díaz lo define como «libre». Se trata de una persona a quien le gusta disfrutar, el buen rollo y va a sentir la música, quiere notar los vatios pegándole en el pecho.

El techno de hoy en adelante

De cara al futuro, el techno va a ser muy difícil que se termine. «Lleva muchísimos años, los primeros discos de techno salieron por allá los 80 en EE UU, tanto en Detroit como en Chicago», afirma. Según Díaz, es una cultura que va avanzando y cada vez a más. Como todos los estilos musicales, variarán las formas y los estilos dentro del propio techno, pero Díaz tiene una cosa clara: «El techno no va a desaparecer porque no es una moda, sino una cultura».