Muchas personas que se animan a dejar de fumar tienen miedo a engordar al intentarlo, pero... ¿Por qué se engorda al dejar de fumar?

Fumar es un mal hábito difícil de eliminar, en especial los primeros días y meses. En este periodo de tiempo aumenta el nerviosismo (dependencia a la nicotina y demás componentes del tabaco) y la ansiedad por la comida (especialmente grasas y azúcares). La nicotina es el componente más adictivo del tabaco y actúa disminuyendo el apetito de la persona que fuma por lo que al dejar de fumar el ansia por comer aumenta. Hay que tener cuidado y no sustituir un hábito tan perjudicial como es el del tabaco por otro que pueda llegar a provocar problemas de salud como sobrepeso y obesidad. Después de las vacaciones casi todo el mundo se propone nuevos retos para la vuelta a la rutina y los más comunes son adelgazar y dejar de fumar. Parece imposible conseguir los dos a la vez, ya que todo parece indicar que si uno deja de fumar engorda, pero se puede conseguir, y Nutritienda.com da una serie de pautas:

Llevar una dieta equilibrada

El menú ideal para dejar de fumar sin aumentar de peso debería consistir en adquirir y mantener hábitos alimentarios saludables, siguiendo una dieta variada y equilibrada, así como evitar picar entre horas. Para dejar de fumar sin engordar se debe llevar una dieta rica en alimentos saciantes como legumbres, cereales integrales, tubérculos o semillas, que por su riqueza en vitaminas del grupo B, contribuyen al buen funcionamiento del sistema nervioso, controlando la dependencia y evitando los nervios. También es importante comer alimentos ricos en proteínas, que van a ser de gran ayuda para hacer más lenta la digestión y sentirse más lleno por más tiempo. Este macronutriente es más difícil de digerir que los carbohidratos o la grasa, por lo tanto el gasto metabólico basal (energía que consume el organismo para realizar sus funciones vitales) aumenta quemando más calorías. La combinación más saciante es mezclar las proteínas animales con alimentos ricos en fibra (verduras) como, por ejemplo: guisantes con pollo o pescado azul con verduras de hoja verde. Del mismo modo, nunca hay que olvidarse de elaborar los alimentos con aceite de oliva virgen, tomando como referencia una cucharada sopera. También es muy importante incluir en la dieta el triptófano, un aminoácido que juega un importante papel en la regulación de la ansiedad. Niveles bajos de este aminoácido se relacionan con la disminución de la serotonina (sustancia química responsable del estado de ánimo), generando cuadros depresivos, irascibilidad y ansiedad por el dulce. El triptófano se puede encontrar en la leche, pavo, huevos, pescado y chocolate.

Informar a los amigos y familiares

Es una forma de comprometerse consigo mismo y con los demás. Su apoyo será fundamental en los momentos bajos y sobre todo será de gran ayuda que no nos ofrezcan ningún cigarrillo y que incluso traten de evitar fumar delante nuestro.

Ayudarse con snacks masticables pero sin abusar

Una opción muy recurrida son los chicles sin azúcar. Así la mandíbula y los dientes estarán en constante movimiento y ejercerán presión como si se estuviera comiendo. Sin embargo, el consumo abusivo de chicles puede provocarnos hinchazón abdominal, acidez o, incluso, diarrea. Una solución puede ser masticar hojas de menta, una manzana con piel, ciruelas o tortitas de avena como snacks puntuales.

Beber agua si se sienten ganas de fumar

Este gesto no solo ayudará a evitar caer en la tentación, sino que ayudará a depurar el organismo y a eliminar la nicotina, además de llenar en cierta medida el estómago.

Comer sano entre horas para saciarse

Los alimentos más propicios son las frutas como las peras y manzanas, frutos secos como las nueces, almendras, y alimentos con acción diurética como como el apio, espárragos y alcachofas. Hay que tener en cuenta que las frutas, las hortalizas o los lácteos empeoran el sabor del cigarrillo y por el contrario, la carne, el alcohol o el café realzan su sabor, haciendo más atractivo el hábito de fumar.

Hacer ejercicio

Mantener la mente ocupada es imprescindible si se quiere cumplir con éxito el propósito de dejar de fumar sin engordar. Establecer una rutina de ejercicios físicos es importante para quemar calorías, distraerse y ayudar a calmar la ansiedad por el tabaco.