Comer verduras es fundamental para cuidar y nutrir nuestro cuerpo y, en este ámbito, hay que poner atención a las verduras de hojas verdes. El Instituto Macrobiótico de España (IME) asegura que es aconsejable que un 35% de cada plato de la comida y la cena esté compuesto de este tipo de verduras para mejorar y cuidar nuestra salud. Los beneficios son múltiples y los órganos más beneficiados son los pulmones, el corazón y la garganta. «Es curioso comprobar cómo la estructura molecular de la sangre es análoga a la de la clorofila, que se manifiesta en el color verde de las hojas. La clorofila es un químico que con ayuda de la luz transforma el dióxido de carbono y agua en azúcares. Las cualidades de este tipo de vegetales contribuyen a una mayor oxigenación del cuerpo y alimentan las células para producir hemoglobina, por ejemplo» destaca Patricia Restrepo, directora del IME.

Los vegetales de hoja verde ayudan a absorber las grasas del cuerpo, por eso son especialmente indicados tras haber cometido excesos o en procesos de adelgazamiento. Además, mejoran la función respiratoria, la oxigenación del cuerpo, la producción de glóbulos rojos e, incluso, la creatividad y la imaginación.

Beneficios

Junto a éstas, otros beneficios de incluir este tipo de verduras en nuestra dieta a diario son:

Estimulan la creatividad y la imaginación porque tienen una energía más expansiva (yin) e imprimen al cuerpo una actitud de flexibilidad y aportan muchos minerales.

Refrescan el organismo porque, por su condición, la clorofila enfría. Esto lo comprobamos simplemente cuando paseamos por un bosque o por un parque con muchos árboles. Sentimos cómo la sensación corporal es más fresca que si salimos de ese espacio.

Aumentan el flujo de oxígeno en nuestro cuerpo. El consumo de hojas verdes, por su composición aumentan el hierro que en el cuerpo se traduce en hemoglobina y esto ayuda al proceso de oxigenación del cuerpo.

Mejoran la producción de glóbulos rojos porque aumentan el hierro que se traduce en hemoglobina en el organismo.

Limpian y desintoxican el cuerpo de dióxido de carbono, toxinas y el estrés, porque al estar más oxigenado se contribuye a su eliminación. Cuando el cuerpo no está oxigenado, es cuando comienzan los problemas en el organismo.

Mejoran la función respiratoria porque energéticamente tienen la misma estructura que los pulmones. De hecho, esto se ve claro cuando por ejemplo se habla del Amazonas, que nos referimos a él como «los pulmones del planeta», hay una relación directa energéticamente.

Alivian las úlceras gástricas porque muchas de ellas tienen sustancias mucilaginosas que ayudan realmente a la pepsina y a todo el proceso metabólico de la digestión.

Mejoran la función intestinal por toda la fibra que contienen y son beneficiosas en casos de hemorroides porque también se pueden tratar externamente con hojas verdes mediante emplastos de este tipo de hojas.

Ayudan a bajar de peso, los niveles de colesterol y reducen la presión arterial. Tienen una acción «detergente» en el cuerpo porque eliminan sustancias nocivas y esto ayuda a bajar la presión del organismo. Las propiedades de estas verduras, que además son bajas en sodio, ayudan al equilibrio del cuerpo.

Reducen y evitan los malos olores corporales porque eliminan del cuerpo toxinas y sustancias nocivas, acumulaciones grasas y de lácteos.

Tipos de vegetales de hoja verde

Según su estructura y efecto, este tipo de verduras pueden clasificarse en 4 grupos:

Hojas de estructura amplia: aquí se incluyen los cardos, las berzas, la lechuga romana o el pack choi, entre otros.

Hojas con forma aserrada: como pueden ser las hojas del tallo del brócoli, la escarola, la col rizada, el Kale, las hojas de mostaza o las de nabo.

Hojas apretadas y aserradas: esta variedad son hojas más contundentes con un sabor amargo como son las de zanahoria, berro, achicoria o diente de león.

Hojas suaves y rectas: en este grupo se encuentran el cebollino, la cebolla tierna o el puerro, por ejemplo.

«Estos vegetales pueden tomarse escaldados, al vapor o en un hervido muy corto que simplemente intensifique el color de las hojas y les permita seguir crujientes y conservar todas sus propiedades. Si se toman crudas, son un buen acompañamiento para pescados y fritos», ha afirmado Patricia Restrepo