'Apothéose es el conjunto formado por la valenciana Carla Sanfélix (violonchelo barroco), Laura Quesada (traverso barroco), Víctor Martínez (violín barroco) y Asís Márquez (teclados históricos). Los cuatro buscan un espacio de reflexión y experimentación que pretende llevar la interpretación historicista a su máximo nivel de excelencia. Talento, pasión y una química muy especial les avala. Acaban de publicar el disco «Händel Tribute. Instrumental Works». L'Apothéose ha ido cosechando éxito tras éxito entre la crítica y concursos nacionales e internacionales. Hoy son ya uno de los referentes españoles en su género.

P Acabáis de sacar nuevo disco, «Händel Tribute. Instrumental Works». Háblame de él.

R Es un homenaje a Händel, de música instrumental, son trisonatas del opus 2 y 5. Hemos querido hacer este tributo porque es un compositor muy especial para nosotros, nos sentimos muy identificados con su música, dentro de la barroca y del tipo de sonido que nos gusta interpretar. Estamos muy cómodos con su lenguaje y porque es uno de los más interesantes en cuanto al trabajo con afectos y emociones. Es capaz de transmitir contrastes emocionales con su música. Nos encanta explotar estos recursos. Además, con él ganamos nuestro primer concurso internacional, el Göttingen Händel Competition en Alemania.

P ¿Cuáles son vuestros referentes?

R Como conjunto nuestros referente es el barroco alemán. También hacemos mucha recuperación de patrimonio español; creemos que es una labor que nos toca hacer por responsabilidad. Tenemos música buenísima que se está durmiendo en los archivos y hay que intentar rescatarla y ponerla en la sala de conciertos porque tiene calidad más que de sobra para estar al lado de compositores como Händel, Bach o Vivaldi.

P ¿Cuál es el público que acude a los conciertos de L'Apothéose?

R La verdad es que vemos a gente más bien mayor, pero es lo que suele pasar con música clásica, aunque también movemos a gente joven que se interesa por la música antigua. De unos años a esta parte, en España hay un movimiento bastante potente en música antigua. Con el nacimiento de la Asociación de Grupos Españoles de Música Antigua (GEMA) tenemos más relación entre nosotros y eso genera que nos movamos más. Y el ser profesores hace que haya mas gente joven en los conciertos. Pero lo normal son melómanos.

P Montan un grupo de música antigua en tiempos de Rosalía. Eso es tener valor.

R Ya nos gustaría tener todos los medios que tiene ella en cuanto a marketing (ríe). Nos gusta experimentar con la rigidez que hay en el escenario, las maneras y formas de estar. Rompemos con los vídeos típicos de un cuarteto tocando, muy elegantes y distantes, fríos. Con los videoclips que estamos empezando a hacer intentamos hacer algo más similar a un videoclip de pop o de rock.

P ¿Por qué ese nombre para el conjunto?

R El nombre es por la primera obra que tocamos Laura y yo juntas en la asignatura de Música de Cámara del conservatorio superior. Es un poco por nostalgia. Teníamos que hacer un primer concierto y la obra se llamaba así, es una obra de François Couperin. Nos lo pusimos y hasta hoy. Y nos ha funcionado muy bien.

P ¿Cómo se fraguó L'Apothéose?

R Primero empezamos Laura y yo; luego hicimos nuestro primer concurso con una clavecinista japonesa pero por cuestiones de distancia no pudimos seguir, así que buscamos a un clavecinista aquí, Asís, y él nos sugirió a Víctor. Empezamos a tocar con él en enero de 2017 y en abril ganamos el primer concurso.

P Es arriesgado en estos tiempos crear un grupo de estas características.

R Es un acto de fe y de amor, pero es lo que nos gusta hacer. Nos apetecía tocar juntos y empezamos por ver si nos podían impulsar y, mira, en dos años y medio hemos recibido 12 premios nacionales e internacionales y ahí seguimos. Para lo difícil que está nuestro sector, el grupo está funcionando fenomenal. El balance es muy positivo.

P Este año, además, os han nombrado conjunto residente del Centro Nacional de Difusión Musical.

R Sí, ¡mejor todavía! Es un honor para nosotros que hayan depositado su confianza. Esta residencia consiste en 10 conciertos, hemos tenido dos en Bogotá, en noviembre tenemos cuatro en Italia (Palermo, Nápoles, Roma y Milán), en mayo iremos a los auditorios de Oviedo, León, y el Nacional, y acabamos en Londres.

P ¿Se recupera poco repertorio español?

R Se recupera poco, pero los programadores están haciendo una labor bastante importante en este sentido porque quieren que sea requisito indispensable, sobre todo para el tipo de festival en el que tocamos nosotros. Siempre suelen pedir recuperación de patrimonio. Es necesario que los músicos apostemos por el patrimonio que tenemos aquí. También hemos tenido la suerte de trabajar con el departamento de Música y Audiovisuales de la Biblioteca Nacional.

P ¿Algún compositor sobrevalorado?

R Cada uno en su estilo está muy bien. No sabría decir ninguno en concreto.

P ¿Y alguno que merezca más reconocimiento?

R Nebra se esta escuchando ahora bastante, fue su año y se hizo bastante recuperación. Corselli tiene música interesante y muy bonita. Los únicos que los tocamos somos los que nos dedicamos a la interpretación histórica, cualquier orquesta sinfónica o de cámara ya no se pone normalmente a hacer este tipo de repertorio. Pero estaría bien que los programadores de repertorio sinfónico, cuando hagan algo más pequeño, introdujeran a estos compositores.

P También hay que llenar auditorios.

R Tienen que lidiar con ambas cosas. Creo deben encontrar un equilibrio y hacer por introducir recuperación del patrimonio e incorporar a los compositores actuales. Las cosas siempre se pueden mejorar.

P Tocas el violonchelo barroco. ¿Qué tiene de especial este instrumento?

R Empecé con el chelo moderno, con cuerdas de metal, pero con el barroco me siento más identificada con su sonido y más cómoda porque creo que puedo sacar más colores y recursos con las cuerdas de tripa que con las de metal; el sonido es más armónico, más oscuro.

P ¿Qué proyectos tenéis en mente?

R Tenemos entre manos grabar otro videoclip y la grabación de otro disco, una grabación del concurso de York que ganamos este verano.