Hace unos meses, Vicky Martín Berrocal cambió la aguja y el hilo por los fogones. Le entusiasmó la experiencia. Ahora, una vez finalizado el concurso en el que llegó a ser finalista, la diseñadora regresa a su hábitat. Esta semana, coincidiendo con la final de Masterchef, Vicky estuvo «trabajando» en su tienda de València. Allí, entre trajes de novia y vestidos de fiesta, la sevillana conversó sobre cocina, moda y mujer.

P ¿En qué se parece la cocina a la moda?

R Son cosas que están más unidas de lo que parece. Un plato, como un diseño, tiene que tener verdad y pasión. Arrancas de un folio en blanco y en la cocina arrancas de una idea. Los ingredientes y los tejidos deben ser de calidad. Para cocinar tienes que tener mucha creatividad, pasión, sensibilidad, gusto, paladar y fantasía y eso también tiene que estar en la moda. Cuando te pones a mezclar todo eso, sale el diseño o la comida. En la cocina luego llega el momento de emplatar y es como cuando tienes el maniquí y empiezas a poner y quitar cosas. Al final, en la moda tienes la prenda y la muestras en el desfile y en la cocina tienes el plato y se lo entregas al comensal.

P ¿Masterchef te ha ayudado a acercarte más a la gente por mostrarte tal como eres?

R Ha sido algo bárbaro. Aun así creo que la gente ya me conocía porque soy transparente. Soy una tía muy auténtica y creo que la gente sabe quien soy. En Masterchef, el público me ha visto en situaciones que no controlo, situaciones que a veces me sacaban de mis casillas porque yo soy perfeccionista y si las cosas no me salen como quiero rabio, me revuelvo y me vuelvo loca. Participar ha sido una experiencia inolvidable y me lo he pasado muy bien. Aunque ha sido duro, lo repetiría una y mil veces.

P ¿Fue todo tan intenso como hemos visto?

R Mucho. Es de las cosas más difíciles que yo he hecho. Tenía interés en saber qué era. Me gusta ver a la gente cocinar y me gusta dar gloria pero me limitaba el hecho de no poder recibir. Veo a mi madre que siempre recibe y disfruta con ello y yo pensaba, qué yo no valdré para ello. Pues al final querer es poder y enfrentarme a esas cocinas me ha hecho que hoy no tenga miedo.

P Has participado en formatos de televisión muy diferentes, ¿compaginar estos trabajos te ayuda a diseñar, tu profesión?

R Nada es comparable a nada. Para hablar de Masterchef hay que estar ahí porque participar en un formato así es durísimo.

P ¿La mujer Victoria, el nombre de tu marca, es una mujer empoderada?

R La que viste Victoria sabe que se viste con un pedacito de mí. Al final, una diseña como es y en esas piezas siempre hay un punto de una mujer segura, valiente, sexi, elegante, distinguida... yo siempre digo que lo mejor que me ha pasado es que alguien pueda identificar un traje de Victoria y creo, sinceramente, que lo identifican porque me conocen mucho. Cuando una se enamora de uno de mis vestidos de novia se enamora de una historia de amor conmigo. Creo que ven al personaje que está detrás. Siempre digo que cada pieza de Victoria es un pedacito de mí.

P ¿Diseñarías algo que no te pondrías?

R Nunca jamás. No podría. No soy capaz de seguir las tendencias porque, a veces, son disparatadas y por muy tendencia que sea hay cosas que tu cuerpo no te permite poner. Lo mejor es diseñar sin presión. Me guio por los colores que favorecen, por los patrones que embellecen el cuerpo de la mujer y ahí es donde me nuevo.

P ¿Sientes que la mujer actual se ha despojado de perjuicios a la hora de vestir?

R Ahora la mujer busca mirarse y verse guapa, mirarse y reafirmarse, mirarse y decir ¡guau!, mirarse y sentirse poderosa.

P ¿En qué piensas cuando te pones a diseñar?

R Me guio por el cuerpo de la mujer y el tejido le hace mucho bien. Tengo muy claro lo que me gusta y lo que no. Cuando toco un tejido que me gusta, el vestido me sale solo. He llegado a crear una colección en dos horas, algo increíble, luego eso sí, corrijo, pongo y quito, pero cuando sale, sale.

P ¿Cómo han evolucionado tus diseños?

R Lo fundamental es el aprendizaje. No soy la misma que cuando arranqué hace quince años. Siempre he tenido muy claro lo que no quiero. Siempre he buscado hacer guapa a la mujer. Para mí, la materia prima es importantísima. El tejido bueno respira a bueno y eso es un plus, luego, el patronaje tiene que ser exquisito. Si tienes un tejido bueno y un mal patronaje, te lo cargas, porque al final todo suma. Para la costura, apuesto por España y los talleres de aquí. No quiero que Victoria sea una marca que se cosa en China. No quiero. Quiero darle trabajo a los mios y aquí se hacen las cosas muy bien. ¿Por qué se acude fuera? ¿por los costes? pues quiero ganar menos dinero. La vida me ha demostrado que cuanto menos piensas en eso, la vida te lo da.

P ¿Qué no repetirías de tu primera colección?

R Mira que repaso las colecciones y miro de donde arranqué pero, la verdad, es que pocas cosas cambiaría. Ahora estoy más enfocada en hacer piezas con cuello caja porque me parece más elegante y fino. Antes era muy de escotes rotundos y abusaba de ellos; ultimamente estoy más recatada. Pero, todo depende de la mujer.

P ¿Para cuando una colección de día?

R Hago fiesta, pero también tengo blazers maravillosos, pantalones, tops o blusas exquisitas, también vestidos que te puedes poner para una cena. No todas mis piezas son para bodas, bautizos y comuniones, hay prendas que te puedes poner para ir a cenar.

P ¿La mujer actual es elegante?

R La mujer viste mejor, sí, pero no podemos olvidarnos de la mujer femenina de los años 60, la que vestía zapatos de tacón de 8 centímetros, falda tubo, blazer, su impecable pelo y decías ¡guau! Hoy vamos a una fiesta con unos vaqueros y suben artistas a un escenario a cantar en vaqueros, ¿perdona?, el vaquero es una prenda de trabajo. Todo se ha vuelto un poco loco y parece que todo vale. La ropa elegante no tiene porqué ser cara y nosotros hemos conseguido que nuestras prendas no lo sean. Mi prioridad es dar calidad porque yo soy muy perfeccionista.

P Un perfecto fondo de armario tendría...

R Un vestido básico negro a la rodilla, una blazer, un pantalón, un traje de chaqueta y, si me apuras, un vestido largo que tenga un punto de seda que se pueda guardar en una maleta, que siempre esté impecable y que lo puedas llevar con tacón o chanclas.

P ¿A quién te gustaría ver vestida con uno de tus diseños?

R Me fascinaría ver a Sofía Loren. Para mí es lo más. Me volvería loca vestir a la Loren. Me gusta esa mujer rotunda, sensual, poderosa. La Loren tiene un mix que es una locura.

P ¿Te gustaría vestir a la reina Letizia?

R Claro, a quién no. Es nuestra Reina. Es una mujer muy versátil, que ahora está jugando mucho con la moda y le está dando visibilidad. Ella, aunque también viste moda internacional, es defensora de lo nuestro. Nunca me he planteado cómo la vestiría, la verdad.

P Y ahora, ¿en qué proyecto estás trabajando?

R Hace cuatro meses abrí la tienda de València, mi tercera tienda. Acabo de lanzar dos perfumes nuevos y tengo un proyecto que arrancará en marzo del que no te puedo contar nada, solo que hago cosas que me gustan.