La granada es una fruta llena de propiedades para mantener una salud de hierro. Los estudios han demostrado que puede ser un gran aliado para mantener una buena salud cardiovascular, reducir el colesterol, mejorar la circulación sanguínea y los niveles de estrés. La granada pertenece al grupo de las súper frutas porque tiene grandes niveles de antioxidantes gracias a su alto contenido en polifenoles y flavonoides, mayores, incluso, que los de otras frutas y alimentos, como el té verde o el vino tinto. Dichos componentes tienen la capacidad de captar radicales libres nocivos para el organismo, por lo que su consumo contribuye a prevenir enfermedades cardiovasculares y degenerativas, como el cáncer de próstata, entre otras muchas. Es perfecta para luchar contra el envejecimiento de la piel y es rica en vitaminas y minerales para mantener una vida saludable.
Sus semillas son ricas en ácido graso Omega 5, beneficioso para combatir los radicales libres, los causantes del envejecimiento de la piel y enfermedades degenerativas. Las investigaciones sobre el aceite de semilla de granada o ácido Omega 5, han demostrado que puede inhibir la formación de enzimas culpables de la mutación celular. Las membranas y la corteza contienen la mayor parte de polifenoles, los antioxidantes naturales de la granada.
Es perfecta para bajar de peso, ya que es muy diurética, por lo que ejerce un efecto depurativo en el organismo y contribuye a la eliminación de líquidos. Tiene un bajo contenido calórico, poco azúcar y contiene grandes cantidades de vitaminas (A, B, C, D, E y K), así como también potasio, hierro, fósforo y otros minerales. Consumiendo cantidades adecuadas, se pueden prevenir ataques cardíacos, diferentes tipos de cáncer, como el de próstata o de mama, y mantener una correcta tensión arterial. Los productos provenientes de la granada pueden llegar a ser un complemento alimenticio perfecto para combatir la diabetes gracias a su alto contenido de polifenoles, o la obesidad por su efecto depurativo. Tomar zumo de granada en ayunas es, además, laxante.
