El polifacético Fran Perea habla de su último proyecto, «Viaja la palabra». Con él pretende reconciliarse con la industria musical y volver a los escenarios sorprendiendo a su público con una puesta en escena muy poco habitual.

P «Viaja la palabra» es tu último proyecto. ¿Qué me puedes contar de él?

R Es un proyecto bastante amplio, quizás el más personal que he hecho hasta ahora. Es un libro, un disco y, a parte, un proyecto multidisciplinar que llevamos a los escenarios, que lleva música y también ilustración en directo. El origen son canciones que he ido componiendo entre los 36 y los 40 años aproximadamente con mucha tranquilidad, de hecho no sabía si se iban a publicar. Pero al final las canciones por su propio peso me animaron a hacerlo.

P ¿Por qué decidiste escribir el libro?

R Porque la gente que escuchaba las canciones o leía las letras me decía que podía ser interesante ampliar un poco más, explicar de dónde vienen esas canciones. Así que pensé que podía ser interesante hacer un disco que fuese también un libro en el que se pudiesen desarrollar más las canciones. Lo que pasa es que me puse a escribir y me di cuenta de que también era interesante repasar algunos capítulos de mi vida a través de canciones que había compuesto o interpretado en algún momento. Por cosas del destino, la editorial Planeta decidió participar también en el proyecto. Fue un poco rápido todo, el libro no lo tenía previsto, es algo que me sorprendió y que lo agradezco mucho ahora porque me está

dando muchas alegrías.

P Sobre lo que me contabas de las ilustraciones en directo, ¿cómo trasladáis o adaptáis esta idea a los conciertos en las salas?

R Hasta que conseguimos darle forma fue complicado, porque no es algo a lo que estemos habituados y no sabíamos qué protagonismo tenía que tener la música o qué protagonismo la imagen. Hasta que llegas a las conclusiones adecuadas cuesta varios 'ensayo y error'. Pero al final la fórmula que encontramos fue bastante interesante, que consiste en una persona que hace acuarela en directo, que se graba con una cámara, de ahí se manda a un ordenador y se mezcla con la imagen de otra persona que está haciendo sobre un iPad narrativa visual. Todo eso se lanza en una pantalla que está justo detrás de mí y va contando la historia paralelamente a la canción, acompaña de alguna manera la canción, todo lo que se está proyectando tiene que ver con ella.

P Con Viaja la palabra también buscáis impulsar el español en el extranjero. ¿Cómo lo hacéis?

R Durante estos últimos años, mucha gente de países que no te puedes imaginar a priori, por ejemplo gente de Polonia, Serbia o Finlandia, ha venido diciéndome que han aprendido a hablar español gracias a mis canciones y a Los Serrano. Me pareció interesante devolverles un poco ese favor e intentar seguir fomentando el estudio del español a través de mis canciones en estos países. En Serbia hemos estado tres veces, en Belgrado y en Novi Sad, una ciudad al norte del país. Y ha sido muy sorprendente y muy interesante todo lo que hemos hecho allí. Hemos trabajado con el Instituto Cervantes de Belgrado y con las universidades de Novi Sad y de Belgrado haciendo encuentros con ellos, y luego toda esa gente venía a los conciertos, así fomentar su aprendizaje del español a través de la música. Poder participar en cosas de estas es una suerte, es maravilloso.

P En este proyecto has colaborado con artistas de la talla de Ara Malikian o Rozalén. ¿Cómo fue trabajar con ellos?

R Muy bien, la verdad que Ara Malikian, qué voy a decir yo de sus capacidades como músico, pero sobre todo es un buen tipo, una buena persona. Lo mismo Rozalén, todos sabemos lo bien que canta pero también tiene un corazón enorme. Poder tener a gente así, a buena gente en el proyecto quizás también define un poco el proyecto en sí y sus objetivos.

P Llevabas varios años alejado de la música. ¿Qué te ha hecho volver?

R Muchas cosas. Quizás el tener un número de canciones suficiente para animarme a hacerlo. Yo al fin y al cabo soy músico y no puedo desligarme de esa faceta. Puedo intentar estar alejado de la industria pero al final, como dicen, «la cabra tira al monte», y he vuelto a salir a la calle con mis canciones. Porque es ahí, en la calle, donde tienen que estar las canciones. Las canciones son para la gente, y si hago canciones lo ideal es compartirlas.

P ¿Está siendo esa vuelta como esperabas?

R Me está sorprendiendo bastante, la verdad. Me está dando muchas alegrías, empezando por lo musical, volver a los escenarios después de mucho tiempo. Te tienes que quitar un poco el óxido, pero te das cuenta de que no ha pasado tanto. Y por la parte del proyecto del libro también me está sorprendiendo mucho, yo no tenía contacto con el mundo editorial y las presentaciones que estoy haciendo del libro en diferentes ciudades, las ferias en las que estoy participando y demás me están dando muchísimas alegrías.

P Dices que es tu segundo disco, pero en realidad es tu cuarto...

R Bueno sí, pero los dos primeros formaban parte de un proyecto diferente, no era yo, eran los discos de un personaje de una serie. En esos discos yo podía participar pero hasta cierto punto. Estos dos últimos discos, Viejo conocido y Viaja la palabra, son discos absolutamente hechos por mí.

P ¿Habrá más discos?

R Sí, eso espero, claro. La idea de la vuelta con Viaja la palabra no era una vuelta de un único disco aislado y punto, me apetecía volver otra vez a la música poco a poco, por supuesto con muchísimo respeto a la industria. El mercado ha cambiado mucho desde que yo empecé y creo que hay que ser prudente, ir pasito a pasito.

P Volviendo al libro, uno de los temas que tocas es el de la inmigración, de las personas que saltan la valla...

R Sí, eso tiene que ver con una canción que se llama Carnaval. Yo soy de Málaga, soy del sur, y allí tenemos mucho contacto con ese problema. Y yo, a su vez, me tuve que ir de mi ciudad a Madrid para buscarme la vida. Salvando las distancias, que son muchas, se establece una similitud entre ese tipo de viaje personal que tienes que hacer para buscarte la vida.

P Otra de tus facetas es la de director de teatro, donde te estrenaste con la obra Mitad del mundo. ¿Cómo fue la experiencia?

R Fue muy bien, la verdad que dirigir era algo que tenía muchas ganas de hacer. En 2017 empecé a dirigir y la verdad que no me gustaría dejar de hacerlo. No me importaría, de vez en cuando, incluir en mi agenda algún estreno como director, me apetece mucho. Ya estoy trabajando en el siguiente texto, que es del mismo autor que los dos anteriores, Souvenir y Mitad del mundo, el malagueño Pablo Díaz Morilla. Me gustaría poder estrenarlo pronto, no sé si este año que viene o al otro.

P ¿Algún proyecto más entre manos para 2020?

R Espero que se estrene en España la serie de Paradise. Ahora en enero voy a estrenarla en Finlandia y la semana pasada la estrenamos en Londres, en el Content London, que es un festival para proyectos de televisión en desarrollo. Espero que pronto tengáis noticias del estreno en España.