El miso es un alimento básico en la cocina oriental y poco a poco se ha hecho popular en el resto del mundo, principalmente desde el auge, de la cocina japonesa. Se trata de una pasta que proviene de la fermentación natural, no pasteurizada, de cereales como la soja, el arroz, la cebada o el trigo, entre otros. Entre sus innumerables beneficios destaca que contiene enzimas vivas que favorecen la digestión y colonizan los intestinos repoblando la flora intestinal. Además, proporciona un equilibrio entre carbohidratos naturales, aceites esenciales, vitaminas minerales y proteínas. «Uno de los hechos que más famoso hicieron este alimento fue que tras los ataques de Hiroshima y Nagasaki, en un pequeño hospital rural de Japón sin recursos sólo disponían de miso para tratar a sus pacientes porque era costumbre que los campesinos llevaran siempre un poco encima para mantener la vitalidad. Lo curioso fue que tiempo después se conoció que, gracias a haber ingerido miso, aquellas personas sufrieron mínimas consecuencias tras la fuerte radiación. Lo que motivó el interés de Occidente por estudiar sus propiedades», explica Patricia Restrepo, Directora del Instituto Macrobiótico de España (IME).

Entre los beneficios del miso destacan que previene enfermedades coronarias, problemas de tensión, dan mayor luz al rostro y vitalidad al cabello, elimina los metales pesados del cuerpo y previene alergias. «Para que el miso contenga y conserve sus cualidades innatas ha de ser un miso natural que sea ecológico, ya que cada vez encontramos más pseudo-misos fermentados artificialmente que contienen ingredientes como el azúcar, gran variedad de químicos y conservantes que no son beneficiosos para el organismo», ha recalcado Restrepo. Entre sus múltiples usos, puede utilizarse en la cocina en sopas, como aliño para ensaladas, en platos de cereal, legumbres, salsas, etc., y también puede utilizarse aplicado directamente sobre la piel para tratar quemaduras o picaduras de insectos, por ejemplo.

Diez razones por las que el miso es esencial

1 Contiene abundantes minerales que favorecen el correcto funcionamiento del metabolismo del cuerpo.

2. Su contenido de ácido linoleico y lecitina, evitan el colesterol en la sangre y «suavizan» las venas. Esto hace que prevenga enfermedades coronarias y sea esencial en el tratamiento de la arterioesclerosis o de alta presión sanguínea.

3. Su capacidad de nutrir la sangre promoviendo la regeneración celular es un aliado como ritual de belleza, ya que aumenta el brillo del rostro y la vitalidad de nuestro pelo.

4. Aumenta nuestra energía gracias a sus grandes cantidades de glucosa.

5. Previene enfermedades como las alergias y la tuberculosis.

6. En tratamientos oncológicos ayuda a descargar la radiación del cuerpo.7 La sopa de miso cocinada con alga kombu permite eliminar los metales pesados del cuerpo y es muy útil para la desintoxicación del tabaco y del alcohol.

8. Es el principal aliado en las digestiones y ayuda a neutralizar elementos dañinos del organismo.

9. En el caso de las mujeres que acaban de dar a luz, ayuda a que suba adecuadamente la leche.

10. En los niños evita la incontinencia nocturna.