Tres, dos, uno€ Una respiración. La representación ha comenzado. Así es Scandale, el espectáculo de danza del bailarín y coreógrafo francés, Pierre Rigal, que llega al Teatre El Musical (TEM) mañana sábado. Rigal no solo dirige esta propuesta, sino que además la crea, dando lugar a una atmósfera irrepetible y rítmica, donde la respiración es la fuente vital del movimiento, que se extiende por el espacio vacío que compone la sencilla escena.

En palabras del pintor Pablo Picasso, «el camino de la juventud lleva toda una vida». Y cuando la juventud es una forma de entender la vida, el ecosistema cambia. Todo tu alrededor se vuelve natural, sencillo, terrenal y cercano. Solo hay que pararse a respirar. Esa juventud está muy presente en Scandale, cantando palabras amorosas, gritando a la revuelta, clamando por la esperanza. Un conjunto de emociones que componen una montaña rusa hecha baile, al mismo tiempo que los enérgicos cuerpos atrapan toda la locura que les envuelve.

Pero más allá de las palabras, existe algo superior: la presencia. Mucho podrá decirse de Pierre Rigal: que se inició como atleta, que tiene un máster en cine, que tiene contacto con grandes coreógrafos como Nacera Belaza, Philippe Decouflé o Wim Vandekeybus, que también lo tiene con directores como Mladen Materic, que en 2003 fundó su propia compañía de danza (Compagnie Dernière Minute) o que es reconocido en todas partes del mundo. Más allá de todos estos datos —que no dejan de ser un mero currículum—, Rigal es pura presencia encima y debajo del escenario, tanto cuando baila como cuando son otros los que lo hacen partiendo de su atípica esencia. Porque, como definen su espectáculo en The Guardian, «es intelectualmente desafiante», pero «también es curioso, desconcertante, extraño y peculiar».

El programa recoge que Scandale es «una pieza chamánica que investiga el nacimiento de la coreografía». La propuesta posee música en directo. A través de ella, los jóvenes bailarines —además de interpretar arriesgadas coreografías—, transforman su cuerpo en instrumentos para conformar la banda sonora. Así es como Pierre Rigal responde a las dudas que pudieran surgir de su creación, porque la juventud —sobre la cual vira toda la trama—, es una etapa vital capaz de generar, desafiando las leyes de la anatomía y la gravedad.

Los bailarines Steve Kamseu, Fabien Maitrel, Antonio Mvuani, Camille Regneault, Julien Saint-Maximin y Emilie Schram trabajan sobre el escenario con el músico Gwenaël Drapeau en esta pieza que lleva el hip hop y otros estilos urbanos a la programación escénica del TEM, muestra de su apertura a nuevos lenguajes e influencias dentro de la danza contemporánea.

A media distancia entre lo convencional y lo novedoso, Pierre Rigal romperá los esquemas con Scandale, formando todo un «escándalo» entre los asistentes que, aunque no hayan bailado nunca antes, se sentirán parte del elenco. Porque, como bien dijo un día la escritora y activista Maya Angelou: «Todo en el universo tiene ritmo. Todo baila».