Un profesor de lengua -también crítico literario- me dijo una vez en plena edad del pavo, cuando yo acaba de conectar con mi inclinación hacia las humanidades, que tan solo era necesario un párrafo para saber si un libro era bueno o no. Comprobé que era cierto, también en las series. Y es irónico porque estamos hablando de una «película» de diez horas, por lo que concederle dos minutos a una serie para recomendarla o olvidarla por completo podría considerarse injusto. Pero, en realidad, no lo es. Los primeros minutos de metraje son cruciales para captar la atmósfera de una historia que, en teoría, es la que tiene que sumergir el espectador. «El visitante» lo logra. La nueva serie de HBO es puro vicio. Los primeros minutos bastan para saber que no vas a poder hacer nada frente al televisor que no sea ver esa serie. «El visitante» es la adaptación de la novela homónima de Stephen King, el prolífico escritor que ahora se ha echado a los brazos de la televisión tras series como «La Cúpula», «Big Driver», «La niebla» o «Castle Rock». El visitante es una de las últimas novelas del escritor estadounidense, publicada en 2018, con un claro destino audiovisual. La trama arranca con el asesinato de un niño de un pequeño pueblo de Oklahoma. El policía Ralph Anderson toma la dirección del caso que le lleva tras la pista de un entrenador de béisbol, raramente asociado con nada interesante o misterioso. La historia da un giro inesperado en el primer capítulo que atrapa al espectador inexorablemente hasta el décimo episodio, el último de una historia trepidante, que coquetea con lo sobrenatural. Jason Bateman da vida a este entrenador de béisbol, otorgándole su particular cara de pasmado. La misma que tenía aquel padre en «Ozark». Debajo de ese aturdimiento de Bateman se esconde un enigma, el de sus personajes, por lo que ya se ha erigido como un maestro de los papeles complicados y contradictorios. El otro peso interpretativo de la serie recae en el australiano Ben Mendelsohn, que interpreta al policía, un hombre contrariado por los acontecimientos que se mimetiza con el mundo de Stephen King, que supo ver hacia donde se mueven los tiros de la ficción televisiva. Después de una década repleta de series de «true crime» - «El caso Alcàsser» (Netflix), «Making a Murderer» (Netflix) o «Beware the Slenderman» (HBO)- y thrillers - «The sinner» (Netflix), «Mindhunter» (Netflix) o «True detective» (HBO)- los showrunners han comenzado a apostar por el terror para diversificar el catálogo. A King le viene perfecto, y a los amantes del suspense, también. Los reacios a los sobresaltos inesperados en la pantalla podemos introducirnos al género de la mano de King. Pero no se asunten de antemano. Vean «El visitante».